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segunda-feira, 11 de junho de 2012

Corpo e poder: olhar social e político


O corpo tem sido estudado a partir de diferentes disciplinas do conhecimento científico: a biologia, a psicologia e as ciências sociais, especialmente a sociologia. Para tentar entender o corpo, sob o prisma da sociologia, devemos abordá-lo de duas maneiras: produto de um longo processo evolutivo e de expressão de uma cultura particular, concreta, devendo superar um importante  "obstáculo" que envolve grande familiaridade com ele, definida a partir do nascimento do mesmo.
Los cuerpos, en la sociedad capitalista, son el producto de una intensa y conflictiva construcción social que intenta, constantemente y de múltiples maneras, producir cuerpos dóciles, obedientes, derrotados, útiles, para lo cual se imponen socialmente sanciones y castigos a todos aquellos que pretendan recuperar su cuerpo y la energía que él encierra. Energía que, puede y debe, ser transformada en fuerza de trabajo, por lo tanto, reproducir un cuerpo socialmente, es reproducirlo de modo tal que sus relaciones estén atravesadas por las relaciones sociales culturalmente dominantes, esto es, relaciones de carácter capitalista. Por eso aquello que se llega a establecer como “lo normal” en cierto conjunto de relaciones sociales históricas es un largo y dificultoso proceso de construcción, de naturalización, de normalización. El cuerpo, entonces, es una producción social, y el resultado esperado y previsible de una construcción social que puede ser dirigida, conducida, administrada.
El cuerpo es el territorio de las luchas sociales por excelencia y donde los malestares y tensiones encuentran un espacio de expresión, producto de múltiples luchas.
Para ser claros, es el cuerpo el territorio primero y por excelencia del enfrentamiento entre las clases y lo que esta en juego es la fuerza y energía de esos cuerpos.
Podemos comprender, entonces, el orden social como el resultado de una confrontación permanente por la apropiación capitalista de la energía corporal que potencialmente encierra todo cuerpo, pudiendo observarse en ellos, los cuerpos, la violencia que produce la construcción y destrucción de relaciones sociales.
Lo interesante y “tremendamente original” para analizar, es con que fuerza social se cuenta para desplazar ciertas relaciones sociales del propio cuerpo y cual es la posibilidad de establecer “otras” relaciones sociales basadas en la cooperación y la solidaridad.
En esta perspectiva entendemos el poder como expresión de una “relación social entre los cuerpos”, haciendo posible el establecimiento de ciertas relaciones sociales y no de “otras” también posibles de establecerse. Por lo tanto podemos concluir que el cuerpo es el “objeto privilegiado” para y en el ejercicio del poder. El cuerpo es “el territorio del poder”.
El poder intenta permanentemente instalar, como si fuera un hecho biológico, un comportamiento corporal socialmente “previsible, normal y adecuado”, proceso este, que implica expropiar la voluntad de cada quien de recuperar el poder sobre su propio cuerpo, expropiarle la voluntad y convicción de luchar por mejorar sus condiciones de vida.
En los últimos tres siglos, se han ido imponiendo, conflictiva y contradictoriamente, relaciones sociales de carácter capitalista y constantemente se confronta para que esas relaciones perduren en el tiempo; cualquier intento de construir “otro” tipo de relaciones en base a la solidaridad, la cooperación y la autonomía el sistema se encarga de cercenar la posibilidad de su crecimiento intentando obtener “obediencia anticipada” al ejercicio del castigo. Es preciso que no perdamos de vista, todos aquellos que militamos por el cambio social, cual es la articulación entre los procesos de constitución corporal a los de formación de poder social.
11-06-12.

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