Título original: Cuando la ciencia promovió el racismo
Por: CARLOS ANDRES GALESO MORALES | noviembre 05, 2014
Para comprender como el pensamiento humano ha
influenciado en la evolución del racismo, la inhumanidad y la perpetuada
discriminación, increíblemente evidente en nuestros días, es pertinente
rememorar lo acontecido en África del Sudoeste [Hoy Namibia] bajo el período
del Imperialismo alemán: El Campo de Exterminio de Shark Island, considerado el
primer genocidio del siglo XX y el preludio del nazismo.
Entre los años 1904 a 1909, durante la repartición de
África, se presentó el genocidio de las etnias Herera y Namaquas con ocasión de
la rebelión de estos aborígenes en contra de la colonización alemana dónde
murieron cerca de “60.000 hereros y 10.000 namas quienes fueron sometidos a un
excesivo régimen de trabajos forzosos, envenenamiento e inanición” (Olusoga, D.
y W Erichsen, C. 2010). El primer campo de exterminio de la historia de la
humanidad, hoy olvidado por la Europa Occidental, estuvo acompañado de otros
genocidios cometidos por el Imperialismo tras la concepción eurocentrista. La
Guerra Negra, desarrollada por los colonos europeos contra los 5.000 nativos de
Tasmania a partir de 1803, les redujo a sólo 300 obligándoles a exiliarse en
Flinders Island para mantener una supervivencia que luego se vio afectada por
enfermedades europeas, fracaso y soledad que lentamente los aniquiló.
Innegablemente un campo de concentración.
Esta tendencia colonizadora y expansionista de los
europeos permitió la extinción de muchos pueblos indígenas en todo el mundo, los
Khoisan, los Bosquimanos y Sandals Kalahari en África Austral, los aborígenes
de Australia, las tribus de Nueva Zelanda y los indios pampas en Argentina por
citar algunos casos. Episodios que infieren la animalidad a la que se vio
sometido el pueblo aborigen por parte del Imperialismo que los consideraban
primitivos y salvajes, lo que implicó cazarlos como animales, desplazarlos
forzadamente, expropiarles sus cultivos, masacrarlos, secuestrarlos, usurparles
sus tierras y violentarlos; intensificando un sentimiento de odio capaz de
prolongarse a nuestros tiempos.
A su vez, el resurgimiento del racismo se acentuaba,
pues Europa consideraba un fracaso la civilización y la evangelización de la
raza negra. En corolario, aparecieron teorías raciales científicas, entre ellas
la del anatomista inglés Robert Knox al catalogar a los africanos y judíos como
“razas inferiores” (Knox, 1850, p. 6), las cuales debían ser dominadas por
razas superiores [Raza Sajona]. El estadounidense Samuel George Morton junto a
la Escuela Americana de Científicos Raciales basó sus afirmaciones con base al
estudio de los cráneos humanos concluyendo que las distintas razas de acuerdo
al tamaño de sus cráneos eran especies distintas, detallando que los negros por
tener un cráneo pequeño poseían un cerebro pequeño y poca capacidad
intelectual, por tanto pertenecían a una raza inferior imposible de mejorar;
tal vez no humana.
Por su parte, Charles Darwin y su teoría evolucionista
condicionan que los grupos humanos pertenecen a la misma especie, varían unos
de otros, están en continuo cambio y algunos tienden a expandirse, deben luchar
por sobrevivir [competencia humana] y prosperan aquellos que se adaptan con más
facilidad al medio ambiente [los más aptos, especializados y profesionales subsisten];
deduciendo diversos destinos para las razas humanas.
En efecto, la raza negra fue clasificada como “la
menos inteligente” según Francis Galton en el siglo XIX, quien desarrolló la
teoría de la Eugenesia [buen linaje, fuertes, inteligentes y sanos] aplicando
la selección artificial al ser humano para el mejoramiento y superioridad de la
raza blanca, y así controlar la reproducción de las razas inferiores
[erradicación de la raza indigna]. Esta práctica fuertemente aceptada en Europa
y Estados Unidos se reflejó en erradicar el concepto étnico, la esterilización
involuntaria de personas con deficiencia intelectual, discapacitados, enfermos
mentales, delincuentes, homosexuales y pobres, restricción del matrimonio
interracial, control de inmigración, segregación racial y genocidio.
Las descritas teorías raciales [Racismo Científico,
Darwinismo Social y Eugenesia] que en otrora se fundamentaron en nombre del
progreso social y biológico de la humanidad indefectiblemente han estado
vinculadas con las diversas formas de dominación de las personas como la
esclavitud, la servidumbre, el colonialismo, el neocolonialismo y el
imperialismo. Esas disciplinas, indiscutiblemente transcendieron en nuestros
pueblos y coadyuvaron a que en la actualidad se mantenga la distinción entre la
raza blanca y la de color, el credo que los negros son personas de menor valor,
la aniquilación de la cultura indígena, el fenecimiento de las clases
inferiores y la discriminación y/o el sometimiento a todo hombre que actué,
piense y sienta diferente a las mayorías de la sociedad.
Argumentos contundentes para determinar que muchas de
las violaciones a los derechos humanos y la extendida desigualdad humana que ha
marcado la historia de la humanidad se justifican para respaldar el
conocimiento, la evolución y el progreso de la misma.
Referencias
Galton, F. (1914). Hereditary Genius. Macmillan and
Co., Limited, London.
Knox, R. (1850). The Races of Men. London: Henry
Renshaw.
Olusoga, D. y W Erichsen, C. (2010), The Kaiser’s
Holocaust: Germany’s Forgotten Genocide and the Colonial Roots of Nazism. Faber
& Faber Non Fiction.
Fonte: Las2
Orillas
Nenhum comentário:
Postar um comentário