Ofensiva
do Sendero Luminoso produz outra baixa nas Fuerzas Armadas peruanas
Un
militar peruano fue ultimado en el agreste Valle de los ríos Apurímac y Ene
(VRAE), con lo que aumentó a nueve el número bajas oficiales en una ofensiva de
una fracción alzada del grupo Sendero Luminoso iniciada hace un mes.
La
acción fue confirmada hoy por el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas en un
comunicado, en el cual precisa que el suboficial del ejército Valentín Huanca
murió la pasada medianoche víctima de un disparo de un francotirador.
El
hecho ocurrió en la base contrainsurgente de Mazángaro, en la provincia
selvática de Satipo, en la región central de Junín, indica el informe, según el
cual las tropas buscan a los agresores.
El ataque,
similar a otros registrados en forma esporádica en el VRAE, se registró al
cumplirse un mes de que los alzados secuestraron a 36 trabajadores, a los que
liberaron días después, y dieron muerte a ocho militares y policías enviados en
su persecución o a buscar a dos desaparecidos.
La
fracción senderista limitaba sus acciones a ese territorio y con el secuestro
abrió un nuevo frente en la cercana selva del Alto Urubamba, Cusco, según ha
reconocido el gobierno.
Las
bajas y el hecho que de uno de los policías desaparecidos regresó por sus
propios medios y el cadáver del otro fue recuperado por su padre y no por los
uniformados, han generado una crisis de la que son considerados responsables
políticos los ministros de Defensa e Interior.
El
Congreso de la República está a punto de debatir y votar una moción de censura
contra los titulares de Defensa, Alberto Otárola; e Interior, Daniel Lozada
que, de ser aprobada, los obligaría a dejar el gobierno, el cual los defiende
por considerar que su retiro sería favorable a los alzados.
El
presidente Ollanta Humala admitió que la población civil de los territorios
donde operan los subversivos desconfía de los uniformados y el primer
ministro,Oscar Valdés, reconoció que parte de los habitantes colaboran con los
insurgentes.
El
mandatario plantea como eje de su política contrainsurgente establecer la
presencia del Estado, mediante obras y servicios, en los empobrecidos
territorios donde opera el grupo armado, para terminar con el abandono que ha
sido caldo de cultivo de la subversión.
Fonte: Comunicación
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