Por
Raúl Bracho
Imagem: Indignados (tomada da WEB) |
Terrorista é quem produz terror, esse sou eu, semeio na consciência de quem me
ler terror ante a historia cotidiana, ante o mundo que se despedaça, ante o Apocalipse capitalista.
Terrorismo
no es tan solo los actos desenfrenados del descontento en la sociedad, lo es
también el dibujar en las conciencias una realidad que no queremos ver. Es
enseñar un futuro que no queremos ver repleto de muerte y desesperanza, de
guerras de dominio por parte del imperio que nos destroza, de hambre, de violencia,
de dominación desesperada de aquellos que nos explotan. Yo siembro terror, lo
despierto y lo propago. Soy un terrorista.
Al
ver hoy a los amos del poder reunidos en Chicago, digo que todas y todos los
que a las puertas de este evento decadente se congregan para protestar, son tan
terroristas como yo. Todas y todos los que despertamos y presentimos el fatal
destino que nos espera ante una sociedad depredadora de nuestro planeta, que
predicamos la revolución como única alternativa de vida, no somos otra cosa que
terroristas. Predicamos el terror a nuestro futuro en manos de las
transnacionales imperiales, predicamos el terror ante las guerras, despertamos
el miedo a un futuro implacablemente incierto en manos de la OTAN, o de la ONU,
o la OEA, o el pentágono y cualquier otra sumisa organización vendida a los
poderes hegemónicos, que derrumban
torres gemelas para justificar invasiones.
Los
pueblos del mundo viven cada día el terrorismo de la dominación de los ricos.
Yo proclamo el terror a este destino infernal del que debemos escapar, aunque
seamos sentenciados como narcotraficantes o terroristas desde los frentes
mediáticos del enemigo. Son las únicas armas, epítetos estériles con los que
pretenden someternos. No somos los culpables de esta cotidianidad de hambre y
de dolor, de bombas y pueblos masacrados, de gobiernos lacayos que se venden al
FMI o al Banco Mundial, no. Somos los despertadores del terror. Aquellos que
día a día sonamos las campanas para que se levante la conciencia popular, la
rebeldía, la revolución en manos de los pobres y desposeídos.
Yo
propago el terror a los drones, a los dictadores, a los ejércitos invasores, a
los discursos de Obama ante un mundo que desea someter, yo soy terrorista
implacable ante el dolor de quienes nos someten. Grito con fuerzas a la humanidad para que sienta el
miedo infernal del destino que dibujan los mapas del imperio. Proclamo la rabia
y la rebeldía de los pueblos como única puerta para la liberación de esta
humanidad doliente. Soy la voz que viene a alertar sobre la muerte escrita con
cenizas sobre nuestra frente.
Soy
apenas uno más de los terroristas que ocupan Manhattan o Chicago, la plaza del
sol o las calles de Grecia, apenas una sola garganta que grita con todas sus
fuerza junto a tantas. Hay que detener a este gigante atolondrado que nos
amenaza implacable, hay que alertar, que anunciar que sino despertamos ante el
terror de su furia depredadora, moriremos todas y todos.
Soy
tan terrorista como Chávez o Evo o Correa, como un soldado más en la revuelta
de la patria grande. Sin miedo alguno a las consecuencias. Si no despiertas
humanidad, no habrá futuro. Te invito camarada, proclama conmigo el terror, se
terrorista como ya lo somos tantos que denunciamos la atropellada inclemente
del poder del dinero y vengamos juntos a la lucha que vence, a la nueva
sociedad que renace de las cenizas de tantos caídos: ven a anunciar el nuevo
mundo posible donde se acabe el terror que ha diario nos acecha. Asumamos,
todos, la tarea. Hay que parar al monstruo asesino. Hay que detener a este
imperio destructor de la vida, hay que hacer espacio para la nueva vida, el
nuevo mundo, que construiremos después de la victoria.
¡Viviremos
y venceremos!!!
Fonte:
Cuba Coraje
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