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quinta-feira, 11 de julho de 2013

Sobre as novas colônias imperiais

Entradilla tomada de La Trinchera Obrera

Título original: Sobre Las Nuevas Colonias Imperiales


Por Jandey Marcel Solviyerte


La guerra es la paz.
La libertad es la esclavitud.
La ignorancia es la fuerza.

1984, George Orwell.


Corría el año de 1948 cuando Eric Arthur Blair, verdadero nombre de Orwell, escribía, no solo una novela de carácter ficticio, sino además un anagrama temporal, en el cual, trasladando de una época a otra (1948 a 1984) a la sociedad occidental de la posguerra, proyectó lo que para ese futuro estaría sucediendo en las relaciones humanas. Un futuro que jamás vio desarrollarse puesto que murió en 1950 y al cual ahora asistimos, casi de manera idéntica a como el autor indio lo había descrito y, aún más, profetizado: una profecía macabra que se cumple en nuestro tiempo de manera descarnada.

La fantástica visión de Eric Arthur Blair, aun siendo del orden de la novela futurista, no vino única y exclusivamente de su mente brillante. Como buen observador hubo aprendido del duro tiempo que él y gran parte de la humanidad había vivido: la segunda guerra mundial. Ya en el 48 existía la OTAN, y las alianzas entre los países del Atlántico Norte no se hacían para combatir a la Alemania nazi, sino que se centraban en contener el auge y la expansión del bloque socialista.

Para Orwell, quien hubiera preferido que lo llamásemos de esta manera, la política de ese futuro que él vislumbraba era dominada por una sola entidad, concebida ésta como el Gran Hermano. Muchos han sido los autores que han tomado de aquí la explicación a iguales momentos en los cuales la ambición imperial y capitalista ha puesto al mundo en situaciones que nos muestran que la idea de un mundo multipolar y variopinto, pugna con la visión hegemónica y unidimensional de la globalización del imperio. "El Gran Hermano te vigila", escribía Orwell; el imperio estadounidense te espía, dice Snowden.

Ahora bien. Luego de nombrar al último personaje, cabría entonces preguntarse si este joven, menor de treinta años, quien trabajó hasta hace poco para la CIA, es una especie de Winston Smith, una falla en el sistema de espionaje y dominación norteamericano, que ahora tiende a convertirse en el chivo expiatorio de Estados Unidos, quizá a esta hora asilado en algún país suramericano, o si por el contrario es un doble agente que sirve de motivo para intervenir, ya de manera directa, en las decisiones soberanas que los países progresistas de América Latina toman por razones humanitarias. Acaso son descabelladas las preguntas, como lo fue para muchos la concepción de un gran ente que regentara cada acto humano en la novela de Orwell.

Edward Snowden, siguiendo la línea de Julian Assange y Wikeleaks, reveló al mundo parte de los actos de espionaje que Estados Unidos, a través de su agencia internacional de seguridad, realiza en todo el planeta, principalmente con a los gobiernos europeos, lo que desencadena una crisis política, y de seguridad, éste último componente bastante primordial para los intereses estadounidenses, que viene ahora a desbordar en el ataque frontal contra la soberanía de un país como lo es Bolivia, de carácter plurinacional y de un amplio reconocimiento democrático, reteniendo por más de 13 horas el avión presidencial con métodos de hecho el pasado 2 de julio de 2013, cuando regresaba a Suramérica el presidente Evo Morales de una reunión bilateral con su homónimo de Rusia Vladimir Putin, impidiendo el sobrevuelo por espacio aéreo de países como Francia, Italia, Portugal y España; el cual ya había sido tramitado por Bolivia con anterioridad y que a última hora le fue denegado, comprometiendo de esta manera no solo la soberanía y el derecho de un gobernante a atravesar el planeta bajo las medidas del derecho internacional, sino que además puso en riesgo la vida del presidente y de los demás tripulantes de la aeronave presidencial.
 
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Sin vergüenza alguna, y en la perspectiva de considerar que en el avión de Morales viajaba el ex agente de la CIA Edward Snowden, Estados Unidos por medio de su agencia internacional de seguridad, la cual justamente nació por los tiempos en que Orwell escribía su novela magistral, intentaba allanar en vano el avión de la Fuerza Aérea Boliviana, FAB 001, a través de la embajada de España en Austria, violando de esta manera todos los tratados internacionales y corroborando la frase que a diario veía Winston Smith a donde fuere: "El gran Hermano te vigila". Lo que no esperaban los súper inteligentes agentes de la CIA y sus aliados, era la reconocida malicia indígena de los latinoamericanos: el presidente Evo con su comitiva pidió permiso a Austria para aterrizar de emergencia en Viena con el fin de aprovisionarse de combustible, entre otros requerimientos de tipo técnico de la aeronave, a la par que esperaban, en una ciudad donde se han firmado importantes tratados de carácter internacional, el levantamiento de la prohibición por parte de los países involucrados.

El descontento y el rechazo se han hecho generalizados en el continente latinoamericano y también en otras regiones del orbe. Estados Unidos se ha desenmascarado ante la opinión internacional. Ni siquiera en tiempos de guerra le es prohibido a una aeronave presidencial sobrevolar espacio aéreo de cualquier país que se llame democrático. Quedan siendo, de manera evidente, las nuevas colonias del decadente imperio norteamericano países como España, Portugal e Italia, duramente golpeados por la crisis económica y cuyos gobiernos de derecha no han podido dar soluciones reales a los ciudadanos de sus respectivas naciones.


Queda muy mal Francia, a la cabeza del presidente Francois Hollande, quien funge de ser socialista, y queda el precedente de que, aun y con todas las luchas que a lo extenso del planeta se realizan, la ambición del Gran Hermano, que todo lo vigila, no tiene límites ni fronteras, lo que permite aseverar que ni siquiera bajo las nuevas formas democráticas de gobierno, Estados Unidos y sus aliados van a permitir que se les escapen las riquezas de tipo natural abundantes en los países del sur. Los llamados gobiernos progresistas deben estar alertas y aprovechar el momento para radicalizar sus posturas y proponer cambios de mayor envergadura, en un momento en el que el destartalado mundo democrático se viene a pique.

La democracia nació en Grecia, país que hoy día se halla en una completa crisis, política, económica, de soberanía. La democracia, en la antigua Grecia, solo era posible con el mantenimiento de la esclavitud de los ilotas. La democracia, en la Grecia actual, solo es posible manteniendo oprimida a la población griega. La democracia, a escala mundial, como la plantea el gobierno norteamericano, se fundamenta con exclusividad en la dominación a ultranza de la soberanía de los pueblos a través del capital financiero y de las políticas guerreristas del imperialismo. Las nuevas colonias del imperio, como lo aseguró el vicepresidente boliviano García Linera, están hoy día ubicadas en Europa, no en Asia, África o América Latina. La paz no es la guerra, la libertad no es la esclavitud, la ignorancia no es la fuerza. "El Gran Hermano te vigila" Europa, y tus pueblos dormidos permiten que gobiernos lacayos continúen esta afrenta.


Fonte: Plano Sur

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