Título original: El negocio detrás de los niños futbolistas en Latinoamérica
Un libro recoge las historias de fracasos de los que
no llegaron a ser estrellas Mundiales; reconoce a Uruguay como el mercado más
“rendidor”
No todas las historias de niños futbolistas son como
la de Lionel Messi. América Latina es una reconocida cantera de talentos pero
esconde un turbio mundo de negocios en torno a menores que sueñan con abandonar
la pobreza, según una investigación periodística.
A Nelson Bustamante un agente lo descubrió a los 14
años cuando hacía acrobacias con una pelota en un semáforo de Chile y lo vendió
por 300.000 dólares al Brescia, un club de Italia en el que niño vivió su
adolescencia solo y en el que nunca debutó.
Aimar Centeno estuvo más cerca. Con 16 años, ganó un
reality televisivo en Argentina por ser el mejor niño futbolista entre 12.000
que se presentaron y fue probado en el Real Madrid. En el primer ejercicio con
pelota se lesionó y fue descartado. Hoy se dedica a la venta de gaseosas.
Historias como estas fueron investigadas durante dos
años por el periodista chileno Juan Pablo Meneses, autor del libro "Niños
Futbolistas", que será publicado en Latinoamérica en agosto y que tuvo una
primera edición en España.
Al inicio de su investigación, Meneses se propuso
comprar un niño futbolista para descubrir las historias y el negocio tras la
búsqueda de grandes estrellas.
Recorrió las canchas de tierra de Perú, Argentina,
Ecuador, México, Brasil, Colombia y Chile en busca de un jugador y recogió
cientos de testimonios. La mayoría le repetía que su sueño era jugar en el
Barcelona y que con su primer sueldo les comprarían muebles o mercaderías a sus
padres.
"Los niños que triunfan han sido sobrevivientes
de miles de cosas, lejos de sus familias, con la responsabilidad de ser el
sostén económico de la familia. No son niños, son trabajadores", dice
Meneses.
El negocio es, según el periodista chileno, un ejemplo
más del paradigma económico de la región. "Es el tema de siempre: la
materia prima vendida a precio ridículo. La diferencia es que acá son
personas".
¿Qué se necesita para comprar un niño futbolista?
Los derechos sobre un niño menor de 12 años que juega
en un club amateur de Latinoamérica cuestan unos 200 dólares, mientras que si
el niño está inscrito a un equipo federado, oscilan entre los 1.000 y los 6.000
dólares, según Meneses.
Tras la compra, es necesario entrenarlo, promoverlo,
que viaje a hacer pruebas en clubes europeos, hasta poder venderlo.
El niño futbolista más caro es el brasileño, y el más
exportado es el argentino. El jugador uruguayo, en tanto, es el que más rinde,
porque suele adaptarse sin problemas y muchos de ellos cuentan con pasaporte
europeo, un detalle que vale mucho para su proyección. Perú, Chile, Colombia o
Ecuador lanzan estrellas solo eventualmente.
La FIFA prohibió las transacciones de niños
futbolistas tras una petición de Brasil para regular este mercado, que tiene
tintes de tráfico de menores. Sin embargo, los clubes disfrazan los fichajes de
niños contratando a sus padres u ofreciéndoles becas.
La mayoría de los pequeños que viajan a países
europeos no llegan a triunfar, y quedan entrampados lejos de su casa, sin
dinero ni futuro, en muchos casos abandonados por aquellos que los vendieron.
Los intermediarios
Según Meneses, la tendencia actual en Latinoamérica es
comprar a los niños a los diez años. La competencia entre ojeadores es feroz:
existen 5.200 agentes autorizados por la FIFA, además de los clubes amateurs y
las escuelas de fútbol promovidas por grandes clubes como el FC Barcelona o el
Real Madrid.
"Hoy a los 14 años todos los chicos tienen
representantes", le cuenta el exagente de Maradona, Guillermo Coppola, a
Meneses. Antes "no había esta cacería de ahora. Pero (...) la
globalización lo ha permitido".
En el fútbol latinoamericano, el negocio ya no
consiste en ganar campeonatos, sino en la venta de jugadores, que sólo en
Argentina representa el 35% de la facturación anual del rubro, más que los
derechos televisivos, entradas o auspicios.
"Hay muchos chicos que sueñan con ser Messi. Pero
el fenómeno nuevo es que ahora hay muchos jóvenes empresarios que sueñan ser el
que descubre a Messi, que paga 15.000 euros y al cabo de unos años cuesta
130.000", asegura.
Encontrar al nuevo Messi o Neymar comprando niños
futbolistas "es como jugar a la lotería, al capitalismo milagro",
afirma Meneses. Las estadísticas dicen que sólo un 0,1% de los niños lo
conseguirán.
Fonte: El
Observador
Um comentário:
creo que fui unos de los primeros en denunciar el tráfico de nuevos-esclavos. p
ero la ONU no hace ni dice nada. cuando se trata de dineros Amnistia International calla.
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