Título original: “Sobre la labor creadora de L. S. Vygotski”
A. N. Leontiev
En la presente colección de obras se ofrecen al lector
por primera vez en una forma sistemática los principales trabajos del eminente
psicólogo soviético Liev Semiónovich Vygotski (1896-1934). Su fecundidad fue
extraordinaria: en menos de 10 años de actividad como psicólogo profesional
escribe cerca de 180 trabajos, de los que 135 han sido publicados y 45 no han
visto todavía la luz. Muchas de las ediciones de Vygotski se han convertido en
rarezas bibliográficas.
La necesidad de una nueva edición de sus trabajos
venía siendo señalada no sólo por los psicólogos, sino también por los
representantes de todo el espectro de las ciencias humanas: filósofos,
lingüistas, etc. Para estos científicos las obras de Vygotski no son historia.
Todos recurren a ellas hoy día, incluso ahora más que antes. Sus ideas han
echado tan profundas raíces en la psicología científica que se las ha llegado a
considerar del acervo común sin necesidad de citar el origen o incluso de
recordar el nombre del autor.
Y esa situación no sólo atañe a la psicología
soviética, sino también a la psicología mundial. Durante los últimos años una
serie de trabajos de Vygotski ha sido traducida al inglés, español, francés,
alemán, italiano, japonés y otros idiomas. Y en el extranjero se le considera no
como una figura histórica, sino como un investigador vivo, actual.
Cabe constatar que el destino científico de Vygotski
se ha desarrollado felizmente y de una manera insólita para el siglo XX, que se
caracteriza por el rapidísimo ritmo de desarrollo de la ciencia, cuando muchas
ideas son ya anticuadas al día siguiente de haber sido expuestas. Naturalmente,
la psicología no constituye una excepción. Por eso, es difícil encontrar en la
psicología universal del siglo XX investigaciones concretas que hayan conservado
su actualidad a los 45-50 años de haber sido publicadas por primera vez.
Para comprender el «fenómeno» de Vygotski, el carácter
excepcional de su destino científico, es necesario destacar dos aspectos de sus
obras. Por un lado, existen hechos concretos, metodologías concretas e
hipótesis suyas y de sus colaboradores. Muchas de ellas se han visto
confirmadas brillantemente y han sido objeto de ulterior desarrollo en trabajos
de los psicólogos actuales. Las metodologías elaboradas por Vygotski y los
hechos encontrados por él se consideran clásicos. Han pasado a formar una
importantísima parte integrante de los fundamentos de la ciencia psicológica. Y
en este caso, la psicología actual, al confirmar las ideas de Vygotski y
basándose en ellas, ha avanzado en el plano de los hechos, las metodologías,
las hipótesis, etc. Pero por otro lado, en su obra existe además un aspecto
importantísimo: el teórico-metodológico. Como uno de los psicólogos más
destacados del siglo XX, se anticipó de hecho a su tiempo en decenas de años.
Es precisamente en el plano teórico-metodológico donde radica hoy día la
actualidad de los trabajos de Vygotski. Por eso no se puede hablar de sus
concepciones como algo terminado. Sus investigaciones concretas han constituido
tan sólo la primera etapa de la realización de su propio programa teórico y
metodológico.
La obra de Vygotski viene determinada en primer lugar
por el tiempo en que vivió y trabajó, la época de la Gran Revolución Socialista
de Octubre.
El profundo y decisivo cambio introducido por la
revolución en la ciencia psicológica no se produce de repente. Como es sabido,
a pesar de las potentes tendencias materialistas y revolucionario-democráticas
que existían en la filosofía y psicología rusas, la ciencia psicológica oficial
que se cultivaba en las universidades y los liceos de antes de la revolución
estaba impregnada de un espíritu idealista. Además, en el aspecto científico se
hallaba muy a la zaga del nivel que había alcanzado en los países europeos más
avanzados (Alemania, Francia) y en los Estados Unidos. Es verdad que a finales
del siglo XIX y comienzos del siglo XX aparecieron en Rusia varios laboratorios
experimentales, y que en 1912, por iniciativa de G. I. Chelpánov, se creó en
Moscú el primer Instituto de Psicología del país, adjunto a la Universidad de
Moscú. Pero la producción científica de estos centros era insignificante en
cuanto a su volumen y en muchos casos poco original en lo que respecta a su
contenido.
De hecho, a comienzos del siglo XX surgen en Europa
nuevas escuelas psicológicas como el freudismo, el gestaltismo, la escuela de
Wurtzburgo, etcétera. La psicología de la conciencia subjetivo-empírica
desaparece claramente en su formulación clásica. En los Estados Unidos aparece
una corriente radical para la psicología de entonces: el behaviorismo. La
ciencia psicológica mundial vive un período febril, tormentoso y pleno de
tensión. Durante esos mismos años Chelpánov y sus colaboradores se dedican a
repetir los experimentos realizados en la escuela de Wundt; para ellos la
última novedad son los trabajos de W. James. Es decir, que se hallaban en la
periferia de la psicología mundial, no sentían la agudeza de la crisis que se
había adueñado de ella, habían quedado a la zaga de los importantísimos
problemas de la teoría psicológica. La psicología existía en Rusia como una
ciencia académica restringida, puramente universitaria, de cuyas aplicaciones
prácticas no cabía ni hablar. Y eso cuando en Europa y en Estados Unidos se
desarrollaba vertiginosamente la psicología aplicada —la psicotecnia—, daba sus
primeros pasos la psicología médica, etcétera.
La revolución introdujo cambios radicales en la
ciencia psicológica; La psicología necesitaba de una completa transformación en
todos los sentidos: básicamente se trataba de desarrollar en el plazo más breve
posible una nueva ciencia que sustituyese a la vieja psicología.
Fonte: Marxismo
Crítico, 01/10/2011
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