Uno de los factores por lo que aumenta el hambre es la mala gestión de los recursos. / GETTY |
Título original: 842 millones de hambrientos en un mundo en el que hay comida para todos
El principal problema no es la producción del alimento sino la distribución y el acceso a este. De los 15 países del planeta donde más ha crecido la producción agrícola siete son africanos
MANUEL IBÁÑEZ
Madrid 29 NOV 2013
Acabar con el hambre en el mundo. Un objetivo complejo
a priori por el que diferentes organizaciones, ya sean ONG, el Banco Mundial o
la ONU, luchan cada día por cumplir. Las cifras demuestran que todavía queda
mucho trabajo por hacer. El informe El estado de la inseguridad alimentaria enel mundo 2013 de la Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación
(FAO, por sus siglas en inglés) estima que hay un total de 842 millones de
personas (una de cada ocho) que sufren hambre crónica en el mundo. Lo único
positivo de esta cifra es que el total de hambrientos ha disminuido en 26
millones desde 2010 (868 millones) y supone un 17% menos desde 1990, tal y como
señala la FAO. Lo chocante es que ahora mismo en el planeta "hay alimento
suficiente para dar de comer a todo el mundo", como indica Ignacio Trueba,
asesor especial para la FAO en España.
La causa verdadera del hambre es de origen humano y el 90% del hambre en el mundo es crónica
"La causa verdadera del hambre no se produce por
catástrofes naturales. No es ni por sequías, ni por terremotos o tifones, como
el que hemos visto hace nada en Filipinas. La causa verdadera del hambre es de
origen humano y el 90% del hambre en el mundo es crónica", señala tajante
y conciso Trueba, quien afirma que se dedica a "esto" porque ha visto
con sus propios ojos “morir de desnutrición a niños en África”. Desde la FAO
apuntan que para erradicar el hambre el problema no es la disponibilidad del
alimento (que la hay) sino la distribución y el acceso, ya sea por falta de
infraestructuras o por las condiciones en las que se realiza el traslado, como
malas carreteras o la densidad de líneas de ferrocarril. "El acceso tiene
dos matices, puede ser físico o económico. De qué vale que en Burundi o en
Guatemala haya pequeñas explotaciones agrarias, que generan el 80% de los
alimentos en los países en desarrollo, si no hay caminos rurales para poder
vender los productos. Es decir, hay una limitación en el acceso, porque aunque
haya alimentos no hay forma de llegar a ellos o almacenarlos", señala el
asesor de la FAO.
Para los grandes productores de tomate de Costa Rica,
por ejemplo, los costes por transporte y trámites de aduana pueden representarmás del 30% del precio final de sus exportaciones. Esto se debe a la baja
calidad de las carreteras secundarias, a las largas distancias y a las escalas
de producción.
Estadística recopilada por la FAO. |
También es importante destacar las condiciones
climáticas actuales, tal y como apunta José Cuesta, economista superior del
Banco Mundial y encargado de la publicación Alerta sobre precios de losalimentos que difunde el organismo. "Los precios de las tres principales
categorías de alimentos bajaron entre febrero y junio (cereales, grasas y
aceites y otros) un 2%, un 3% y un 1%, respectivamente. Esto se debe a la
mejora que ha habido en el clima en ese periodo. Cuando hay buen tiempo, hay
buenas cosechas y un buen inventario, lo que hace que los mercados estén menos
sensibles", explica. "El problema es que la previsión empeoró el
pasado octubre, por lo que los precios vuelven a subir. La razón se debe a noticias
preocupantes que indican que el tiempo va a ser muy malo en los próximos meses
en países como Argentina, China o los países del Mar Negro, lo que ha
preocupado a los mercados".
Si acudimos a las cifras que ha publicado la FAO, los
842 millones de hambrientos crónicos en el mundo estarían distribuidos de la
siguiente manera: Asia y Pacífico, 528,7 millones; África, 222,7 millones;
Latinoamérica y Caribe; 47 millones, Oriente Próximo y Norte de África, 43,7
millones y Europa y Asica Central, 6,1 millones. En el contiene africano,
además, encontramos uno de los casos más significativos respecto a ladisponibilidad de comida: de los 15 países del planeta donde más ha crecido la
producción agrícola entre 2000 y 2008, siete son africanos. Se trata de Angola
(13,6%), Guinea (9,9%), Eritrea (9,3%), Mozambique (7,8%), Nigeria (7%),
Etiopía (6,8%) y Burkina Faso (6,2%), según apunta un estudio de la FundaciónMo Ibrahim. Son países donde el hambre ha aumentado en los últimos años y cuyo
principal problema se basa en la mala gestión de los recursos y en el precio de
los alimentos.
"Como consecuencia de las crisis del petróleo de
2008, subieron los precios de los alimentos. Por ejemplo, un kilo de abono en
Burundi, que es el país donde hay más desnutrición, vale seis veces más que en
España. En una pequeña explotación agraria, cuando ven el desequilibrio de los
precios, las posibilidades de comerciar o salir a los mercados se
reducen.", expone Trueba. Una afirmación que comparte el director de la
sede española de Acción contra el Hambre, Olivier Longué, que defiende que el
objetivo para acabar con el hambre en el mundo es llevar a cabo una
regularización de los precios de los alimentos. "En países como Níger, una
familia tiene que dedicar entre el 70 y el 80% de sus ingresos a comprar la
comida. En Europa, por el contrario, se destina entre el 7 y 20% de los
ingresos. Disminuir los precios es la clave para conseguir el alimento",
asegura Longué.
En el mundo se tiran 1.300 millones de toneladas de alimentos al año
De ese modo, la comida se queda sin consumir, por lo
que acaba en la basura. Es por ello que en la actualidad nos encontramos en un
planeta donde más de 800 millones de personas que pasan hambre contemplan como
en el mundo se tiran 1.300 millones de toneladas al año de alimentos (en España
desperdiciamos 8 millones de toneladas) tal y como señalan desde la
Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación.
“En los países desarrollados, solo en elementos de
consumo, es decir, lo que compramos en los supermercados o guardamos en la
nevera, al final se tiran más de 100 kilos de comida por habitante al año. Una
barbaridad”, explica Trueba. “En el mundo hay 1.500 millones de hectáreas para
producir alimento y no se puede producir más por motivos medioambientales como
la tala de árboles, etc. Ahora somos 7.000 millones de habitantes y en 2050
seréis 9.500 millones. ¿Habrá posibilidades de dar de comer a 2.000 millones
más de personas además de a los 842 millones que ya ahora pasan hambre? Yo
estoy convencido de que con el conocimiento, la innovación, el trabajo en
equipo y la voluntad política, no solo en un país, sino en todo el mundo, hay
posibilidades de acabar con el hambre pronto, ya que la comida está ahí”
sentencia tajante el asesor especial de la FAO para España.
Mapa del hambre 2013. / PMA |
Desde el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU
confían en hacer de ese objetivo una realidad con un plan similar al que
propone Trueba. “Hay que dar prioridad a iniciativas que palíen el hambre y
unifiquen los marcos estratégicos nacionales en favor de la seguridad alimentaria
y de una mejor nutrición. Para ello debe existir un solo plan nacional, un
presupuesto y un único marco jurídico político e institucional”, apuntan desde
la organización. La PMA ha fijado como parte de sus Objetivos Para el Milenioun plan de “alimentos por trabajo” con el que pretende que la población de los
países hambrientos contribuya a construir “los activos comunitarios como las
escuelas o las carreteras” para mejorar la distribución de la comida.
Conocemos el porqué de la problemática y sabemos que
hay comida suficiente. Entonces, ¿cuál
es la solución? Los expertos consultados han coincidido en que lo primero y más
importante es lograr una regularización de los precios en los mercados para que
no haya tanta diferencia entre unos países y otros en el acceso a los
alimentos. Es por ello, que la vía para poder lograr acabar con el hambre en el
mundo es una cuestión meramente política y económica. Como señaló el exdirector
general de la FAO, el senegalés Jacques Diouf: "Las grandes potencias han desatendido
el problema del hambre, de enorme magnitud moral y económica, por falta de
voluntad política".
Fonte: El
País