Jorge Bergoglio: Papa de las tinieblas
Por Raúl Isman*
"El matrimonio gay es una movida del
Diablo".
Francisco I, antes de su nombramiento.
El PAPA argentino, Francisco I, viene a cumplir el
proyecto del poder mundial para disputar el consenso de la sociedad,
especialmente de los pueblos. No solo se trata de sustentar posiciones
contrarias al matrimonio igualitario, o contra el aborto, ampliamente
difundidas por el obispo Bergoglio, sino de gestar una conciencia de
disciplinamiento hacia el orden contemporáneo, reaccionario, de dominación
transnacional.
Julio Gambina. Economista y dirigente político
argentino.
El 13 de marzo de 2013 la gerontocracia vaticana
escogió por primera vez en la historia un papa no europeo. Se trata del
arzobispo argentino Jorge Bergoglio, quien asumió bajo el nombre de fantasía de
Francisco I. Habida cuenta que a los franciscos en el mundo de habla hispana
suele llamárselos "Pancho" no faltará mucho para que el nuevo
pontífice sea conocido como Panchito de las tinieblas por algunas razones que
detallaremos a continuación, sin la mínima pretensión de agotar el tenebroso
prontuario del prelado (se sospecha que fue cómplice del robo de bebés durante
la dictadura, por ejemplo).
Al nombrar a Bergoglio, el estado vaticano se puso en
total coincidencia con sus peores tradiciones y antecesores en el trono romano.
Por no hablar de etapas demasiado antiguas (los operadores sacerdotales que
colocaron a la naciente iglesia como aliada del imperio latino y luego
fundamento teologal de la opresión feudal), un hilo histórico vincula al Papa
Julio II (1443-1513 y en el trono entre 1503 y 1513, jefe de una banda de
"condotieri" algo parecido a los parapoliciales de la época) con PIO
XII (pontífice cómplice del nazismo entre 1939 y 1958). El listado es
incompleto por demás y cuenta con obispos cómplices de cuanto genocidio ocurrió
en nuestro continente. Además, no hay que olvidar que la conquista y
explotación de nuestro continente fue posible por el uso ilimitado de la espada
sacerdotal (cruz). No obstante, ello no impidió a un reconocido antecesor del
nuevo Papa, el extinto y reaccionario Obispo Antonio Quarracino que denunciase
a las fuerzas de izquierda como expresiones extranjerizantes; como si la
Iglesia fuera originaria de nuestras pampas. Por otra parte, la denuncia del
interés vaticano por las riquezas pecuniarias y la extrema pobreza de su
espiritualidad es aún anterior a la Protesta encabezada por Martín Lutero hacia
la segunda década del siglo XVI. ¿Mejoró la conducción católica en este punto o
empeoró en las casi cinco centenas transcurridas? La respuesta es más que
obvia.
Para no abundar en demasiadas cuestiones el peor
baldón de la trayectoria del neofrancisco es el secuestro por las fuerzas
represivas de dos sacerdotes bajo su jesuítica jurisdicción. El caso se relata
en el libro "El silencio" del periodista Horacio Verbitsky, quien
previamente lo había acusado en varias notas de haber entregado los datos de
las víctimas a las jaurías criminales. Todo según declaraciones de Orlando
Yorio, uno de los jesuitas secuestrados, antes de fallecer por causas naturales
en 2000. El acusado jamás intentó refutar los graves cargos y se limitó a
prohijar una publicación en su alabanza. Citado por la justicia (¿ y si reclama
la extradición papal?) para declarar por el robo de bebés a madres martirizadas
durante la dictadura 1976-1983 respondió por escrito. Sólo le faltó justificar
el hecho aduciendo que los infantes hurtados a sus familias no debían soportar
abusos pedófilos, de esos que son especialidad de la casa eclesial. De modo que
la elección de Francisco I es una toma de posición: la curia vaticana le dice
fuck you a la Argentina torturada, oprimida y masacrada durante los años
siniestros. Es una opción por los asesinos, torturadores y explotadores contra
las Madres de Plaza, los H.I.J.O.S, las abuelas y el sufrido pueblo de nuestro
país.
Los antecedentes cuentan, pero en rigor la causa
inmediata para la elección del ungido es el hecho de que se trata de un operador
político con pretensiones de extremo florentinismo. Pero es preciso un
supermaquiavello para tratar de encausar y conducir la terrible interna
vaticana; de modales silenciosos y suaves, pero de extremo salvajismo. No menor
es el problema de la pérdida de la influencia de los ¿valores? católicos en el
seno de la sociedad civil (laicado). Es sabido que casi nadie de los
autoasumidos como practicantes de la fe se halla dispuesto a seguir los
preceptos difundidos por el dogma (dejemos la discusión de con cuanta
consecuencia practicados por los propios sacerdotes). Rara avis es la mujer que
llega virgen al matrimonio y ninguna pareja desenamorada se abstiene de
separarse. La disminución de vocaciones sacerdotales es otra realidad que
debería afrontar el nuevo Papa.
Pero la causa fundamental del nombramiento del obispo
pasa, en nuestra opinión, por otras cuestiones. Si entre los siglos XI y XII de
nuestra era se libra una dura batalla entre papado e imperio, el fin de la
guerra fría va a ser precedido y posibilitado por un acuerdo entre el papado
(polaco, Karol Wojtyla) y el imperio (protestante y yanki) en el cual el
objetivo logrado fue derrumbar al socialismo real y recomponer la dominación
del capital sobre las masas populares. El señorío aún inacabado del
neoliberalismo tuvo una fuente teologal: la influencia de la iglesia católica,
en general. Y en particular, del pontífice polaco, cuya impronta aún es
prematuro que la historia pudiere dimensionar. Y una inquietante hipótesis
postula que asistimos a un nuevo acuerdo estratégico entre el Vaticano y el
imperio del norte. Se trata de confrontar contra los gobiernos populares
latinoamericanos y los movimientos sociales. La prenda del acuerdo es que la
iglesia movilice sus recursos espirituales al servicio de- en una situación de
mínima- debilitar y paralizar a los sujetos ya señalados. Y en una perspectiva
de máxima derrotarlos y deponerlos. Y a cambio, el poder financiero global
ayude a ocultar los escandalosos manejos del Instituto de Orden Religioso (el banco
vaticano). Como se ve, la única diferencia entre las maniobras papales en
tiempos de Lutero y los actuales es la cantidad de los fondos involucrados y la
sofisticación de las operaciones y las unidades monetarias. No nos extrañemos
que los prelados venezolanos y el propio Papa se pronuncien contra el católico
Nicolás Maduro y a favor del judío derechoso pro imperialista Henrique Capriles
Radonski. La ofensiva contra los gobiernos progresistas sólo reconocerá los
límites que los propios pueblos pudieren crearle. Así nos queda claro cómo es
posible que el papado denuncie constantemente a las guerras,
"omitiendo" al imperialismo, verdadero causante de los conflictos
bélicos. Una vez más y como siempre fueron excluidas del conclave vaticano las
masas populares y sus necesidades y la posibilidad de construir sociedades más
justas basadas en el derecho y el poder civil dependerá de poder derrotar a las
fuerzas tenebrosas acaudilladas a partir de hoy por Francisco I.
Apéndice: parte del prontuario de Panchito:
BERGOGLIO:
CURRICULUM-VITAE DEL AÑO 1976
SIENDO EL DIRECTOR (MAYOR) DEL COLEGIO JESUITA DE RUTA
202 EL PERSONALMENTE HIZO LA LISTA DE CURAS OBREROS Y VILLEROS ENTREGÁNDOLAS, A
SU SECRETARIO PARA QUE LAS DIERA A LA DICTADURA MILITAR PARA SU SECUESTRO Y
ASESINATO.
FUENTE: PICHI MESSENGEIRE CURA OBRERO QUE TRABAJABA
CON CARLOS MUJICA Y QUE SOBREVIVIÓ A LAS MASACRES, (UNA GRAN PENA QUE MURIÓ
HACE MUY POCO), Y QUE ESTABA EN ESE COLEGIO Y SALVO SU VIDA DE CASUALIDAD. EL
"PERRO" HORACIO VERBITSKI SACÖ (EN PAGINA 12) HACE UN TIEMPO ATRÁS
LAS COMPLICIDADES DE LOS OBISPOS CON LAS MATANZAS DE CURAS OBREROS Y VILLEROS.
Mauro Vanetti
La abdicación del Papa pone de relieve la crisis del catolicismo romano
Exacerbada lucha interna en el Vaticano
En un período de crisis y decadencia del capitalismo,
para muchas personas la religión es la única certeza a la que aferrarse. Pero
si el Papa mismo ya no está convencido que él puede mantener su posición hasta
su muerte, esta ilusión de solidez empieza a descomponerse. El efecto del
sorpresivo anuncio de retiro del Papa Benedicto XVI en la conciencia de más de
mil millones de católicos romanos va a ser el de un terremoto espiritual y, sin
duda, también va a tener consecuencias políticas.
La última vez que un Papa abdicó de su cargo antes de
Benedicto XVI fue en 1415, cuando Gregorio XII se retiró con el propósito de
recomponer el Cisma de Occidente, una larga escisión de cuarenta años entre la
Iglesia de Roma y la Iglesia de Aviñón. El mismo vocero papal ha descartado
problemas de salud graves en la presente abdicación. Parece que la renuncia de
este pontífice también se basa en una profunda división dentro de la Iglesia
Católica y en particular dentro de la Curia romana, es decir, el gobierno de la
Iglesia y el aparato administrativo de esta teocracia en miniatura.
La base material de la Iglesia
La Iglesia Católica está organizada como una mezcla de
una vieja monarquía feudal y un partido político moderno. En un mundo dominado
por el modo de producción capitalista, desempeña el papel de ideólogo colectivo
en nombre de la burguesía, que influye en 1.200 millones de personas de todos
los continentes. Para llevar a cabo esta tarea reaccionaria emplea, además de
los laicos que trabajan en los órganos y las estructuras que controla, un
aparato de más de 400.000 sacerdotes (la mitad de ellos se concentra en
Europa), 750.000 monjas, etc. Sólo en EE.UU., más de un millón de hombres y
mujeres trabajan para la Iglesia Católica Romana, de una manera u otra.
Esta máquina de propaganda enorme se financia
principalmente de tres maneras: con donaciones en dinero, en especie y mediante
el trabajo voluntario (incluyendo el trabajo de los monjes y las monjas, que
-al menos en el papel- no tienen derecho a poseer nada personalmente); con la
renta de las enormes propiedades que posee; y a través del parasitismo de las
finanzas de algunos Estados, en particular de la República Italiana. Pero estas
fuentes de financiación están cada vez más obstruidas.
La disminución de "vocaciones" ha obligado a
la Iglesia europea a importar clérigos en masa del Tercer Mundo. La cuota de
los católicos en la población mundial se ha estancado en el 17%, sin embargo,
esto esconde la fuerte reducción cualitativa del cumplimiento de los preceptos
religiosos y de la liturgia, que se traduce en donaciones más escasas y en un
debilitamiento de la transmisión de la fe de una generación a otra.
Las estadísticas muestran cómo la mayoría de los
católicos no asisten a la Santa Misa semanalmente y en muchos países las cifras
de asistencia se están reduciendo de manera constante. En Italia en el período
1995-2000 el 48% de los adultos católicos declararon que estaban siguiendo este
precepto fundamental, mientras en 2005-2008 sólo el 36% lo estaban haciendo.
Estos datos tampoco reflejan la situación real. Por ejemplo, una encuesta
encargada por el propio Vaticano en una diócesis central -Sicilia- organizó un
recuento físico de cuántos entre los que decían que van a la iglesia todos los
domingos (30%) lo hacía realmente. El resultado mostró que sólo alrededor de la
mitad de ellos (18%) iban en realidad a misa.
Entre1990 y 2010 el número de niños que son
confirmados se redujo a un 18% en Europa, aunque esto fue compensado por un
aumento en el Tercer Mundo, la cantidad de primeras comuniones se ha reducido
tan drásticamente en los países avanzados que ha dado lugar a una caída mundial
del 5% en el mismo lapso.
El crecimiento relativo de la Iglesia en algunas áreas
subdesarrolladas del mundo no puede sostener los costos de su debilitamiento en
Occidente. En los países que son económicamente decisivos para la Iglesia, los
mismos fieles no parecen particularmente apegados a ella. De acuerdo con un
sondeo de opinión de 2005, el 44% de los católicos italianos son de la opinión
de que la Iglesia no da respuestas adecuadas a los problemas de la vida
familiar. En el norte de Italia en 2011 los matrimonios civiles ya habían
superado a los matrimonios religiosos. Estadísticas similares se pueden
encontrar para la población católica de la mayoría de los países occidentales,
entre ellos España e Irlanda.
También hay una creciente hostilidad de la opinión
pública contra los privilegios eclesiásticos, especialmente escandalosos en
tiempos de crisis y en los países de mayoría católica, pero es importante
también en países como los EE.UU., donde los privilegios son compartidos entre
miríadas de denominaciones cristianas y de otras organizaciones religiosas.
Combinemos todo esto con la competencia de las
iglesias más modernas y agresivas, y podremos comprender fácilmente las
amenazas a la estabilidad del flujo de caja del Vaticano. Esto ha hecho que el
Vaticano sea cada vez más dependiente de la reinversión de sus recursos de
capital en operaciones financieras, aprovechando la posibilidad de utilizar su
pequeño Estado en Roma como un paraíso fiscal y un lavador de dinero
internacional. El instrumento para tales operaciones de riesgo es el IOR
(Instituto de Obras de Religión), el banco privado con sede en la Santa Sede
bajo el control directo del Papa. Este banco fue creado en 1929 con el fin de
gestionar de manera eficiente los fondos que provenían del Estado fascista
después de los Pactos de Letrán entre el Estado italiano y el Vaticano, que
fueron firmados por Mussolini y el primer ministro del Papa. No podría haber
mejor ejemplo de la estrecha relación entre los "mercaderes del
templo" y los aspectos más reaccionarios del capitalismo.
Intrigas de la corte
En 2006, Joseph Ratzinger escogió al cardenal Tarcisio
Bertone como su nuevo secretario de Estado, es decir como primer ministro.
Bertone ya había estado "trabajando" con Ratzinger en la Inquisición
romana, y fueron aliados en el cónclave de 2005 (el cónclave papal es el
Congreso de los cardenales que elige a un nuevo Papa). Desde esa posición a
través de los años ha acumulado un poder extraordinario que ha estado usando
más temerariamente contra las crecientes filas de sus enemigos en la corte
papal.
Fue en el contexto de un conflicto agudo entre la
facción de Bertone y sus opositores en la Curia (como el cardenal Sodano, el
cardenal Ruini y otros "Wojtylianos") que estalló el escándalo
Vatileaks. Este escándalo consistió en una serie de filtraciones sobre dos
cuestiones principales: la suciedad de las finanzas del Vaticano y de la
inminencia de una sucesión pontificia.
Desde 2008, el Cardenal Bertone ha sido el jefe del
órgano de gobierno del IOR. A partir de ahí, ha estado oponiéndose a todos los
intentos del banco central italiano y del Consejo de Europa para hacer menos
opaco el funcionamiento del IOR. Básicamente, en la actualidad, cualquier
persona anónima puede abrir una cuenta bancaria allí utilizando un clérigo
cómplice como apoderado. Desde 2010 surgieron una serie de escándalos, que
expusieron al IOR como el socio preferido de varios grandes bancos italianos y
europeos para las transacciones negras. En diciembre de 2010, 23 millones de
euros pertenecientes a un cliente sin nombre del IOR fueron congelados por las
autoridades italianas.
El desarrollo de la crisis económica hizo que las
autoridades bancarias estuvieran menos dispuestas a ser tolerantes con la forma
de operar del IOR, que actúa con la absoluta desregulación papal, está exento
de impuestos y opera con total desprecio por las normas internacionales. La
situación empeoró tanto que las autoridades italianas forzaron la desconexión
de todos los cajeros automáticos en la Ciudad del Vaticano. Algunos rumores,
informados por el diario La Repubblica y originados en la Curia romana, dicen
que el bloqueo de los cajeros automáticos y la renuncia de Benedicto XVI están
estrechamente vinculados.
En 2009, Ratzinger y Bertone nombraron como presidente
del IOR a Ettore Gotti Tedeschi, un banquero comprensivo con la "teoría
católica del libre mercado", que sostiene que la crisis económica actual
está causada por el aborto y la anticoncepción. Sin embargo, cuando Gotti
Tedeschi trató de interferir en el funcionamiento del banco con el fin de hacerlo
un poco más transparente, se topó con una pared de ladrillo. Es la misma pared
con la que se topó el arzobispo Viganò cuando, después de haber sido puesto a
cargo de ordenar el enorme déficit presupuestario de la Santa Sede, acabó
pisando los dedos de muchos sacerdotes corruptos. El nombre de esta pared de
ladrillo es Marco Simeon. Éste es un siervo del cardenal Bertone (¡hay rumores
que dicen que es su hijo!) que proyectó el despido de Viganò y, más tarde, el
de Gotti Tedeschi.
Todas estas filtraciones son sospechadas de haberse
iniciado como una represalia contra el "partido Bertoniano". Hay
cartas explícitas de Viganò que se distribuyeron a la prensa, que revelaron
información detallada sobre el conflicto que se desarrolla dentro del IOR. Los
periodistas incluso consiguieron un documento clasificado escrito por el Papa
Benedicto XVI, en el que se informa que un cardenal siciliano había hablado con
algunos eclesiásticos chinos que predecían un nuevo Papa antes de 2013. Los
chinos lo entendieron como una amenaza de muerte, pero en retrospectiva, podría
decirse que suena como una referencia a la abdicación que venía. En este
documento, el cardenal Angelo Scola, arzobispo de Milán y enemigo jurado de
Bertone, también está indicado como el sucesor designado de Ratzinger. El
denunciante que filtró estos documentos fue identificado también: hilarante
como pueda parecer, ¡el individuo culpable resulta ser el mayordomo! El
mayordomo personal del Papa fue detenido por la Gendarmería del Vaticano -un
acontecimiento sin precedentes en sí mismo- el 24 de mayo de 2012. Ese mismo
día, Gotti Tedeschi fue echado.
El mayordomo sostuvo que él habría desencadenado el
Vatileaks con el objetivo de proteger a la Iglesia y al Papa mismo del enemigo
de adentro: la codicia, la corrupción... y su secretario de Estado. Vale la
pena señalar que el juicio terminó con una sentencia, pero el pontífice perdonó
al mayordomo. Algunos explican la abdicación de Ratzinger como una medida
extrema para desenredar a la Curia de la garra asfixiante de Bertone. No sería
fácil, y Ratzinger no pareció dispuesto, despedir al secretario de Estado, pero
si el Papa abandona entonces su primer ministro debe renunciar de inmediato, y
no puede volver a ser confirmado si el cónclave establece un nuevo equilibrio
de poder. Al parecer, Bertone está utilizando estos últimos días antes del 28
de febrero -la fecha de abdicación anunciada- para colocar a sus secuaces en
puestos clave; significativamente, se apresuró a contar con un grupo nuevo y
fresco de Bertonianos obedientes para que se hagan cargo de la gestión del IOR.
Todo apunta a una exacerbación de la lucha interna.
Cambio de Papas, pero los problemas permanecen
La elección de Joseph Ratzinger representó una
desviación de la línea de Juan Pablo II, basada en el universalismo, el
ecumenismo y en un intento de apelar más a los jóvenes. Como marxistas, sabemos
que la política de Karol Wojtyla no fue menos reaccionaria: el Papa polaco
abrió su reinado bajo la bandera de un flagrante anticomunismo y fanatismo, y
que las falsas posturas anti-capitalistas y anti-imperialistas adoptadas
después del colapso de la URSS y durante la guerra en Irak fueron usadas
efectivamente para ocupar el espacio político de la izquierda y desviar a
millones de jóvenes al terreno estéril de las reuniones masivas en la Jornada
Mundial de la Juventud, tirando a la basura la lucha contra el capitalismo.
Esta maniobra, sin embargo, reveló sus límites con el llamado movimiento
anti-globalización, cuando él intentó separar a los católicos del movimiento
con resultados muy magros. Como cuestión de hecho, el falso anti-capitalismo de
Wojtyła ni siquiera logró impedir el giro a la izquierda en América Latina y el
ecumenismo no pudo frenar significativamente la marcha de fieles a otras
religiones y sectas nuevas. A pesar de las intenciones de Wojtyla, su supuesta
apertura no contrarrestó efectivamente la influencia debilitada del dogma
católico, y al final del día, tuvo que aceptar que las numerosas ovejas negras
en la grey católica se alinearan con las tendencias predominantes. A los
cardenales presentes en el cónclave, la elección de Ratzinger debe haberles
sabido como un café negro después de haber estado bebiendo toda una noche de
juerga.
La elección de este teólogo alemán fue una opción
oscurantista que implicó un cambio de foco con la vuelta del núcleo duro de
auténticos creyentes conservadores. Fue una elección provinciana que tenía por
objeto velar por los intereses codiciosos de la Iglesia en Italia y las
intrigas dentro de la Curia de Roma. Como podemos ver, esta línea también se
enfrentó a enormes problemas y ahora ha sido derrotada. Su pontificado ha sido
testigo de un flujo interminable de escándalos embarazosos, divisiones
dramáticas y declaraciones reaccionarias.
Ya en su homilía como Decano del cónclave de los
cardenales, antes de ser elegido, atacó la "dictadura del
relativismo", enumerando los enemigos ideológicos de la fe cristiana
oculta detrás de la amenaza relativista -entre los cuales el marxismo mereció
ser mencionado en primer lugar. Con la conferencia de Ratisbona de 2006, además
de lanzar una provocación contra los musulmanes, mientras que lanzaba un guiño
a la intolerancia religiosa, revivió su cruzada contra el relativismo
predicando la oposición medieval de la razón de la ciencia y la razón de la fe.
Él trató de desdibujar, o incluso revocar, las innovaciones introducidas por el
Concilio Vaticano II y readmitió a cuatro obispos tradicionalistas
ultraconservadores cristianos, incluyendo uno que resultó ser un negador del
Holocausto.
Benedicto heredó del anterior papa el escándalo masivo
de los encubrimientos y complicidades de cancillerías diocesanas y del Vaticano
en los casos de las violaciones sexuales cometidas por sacerdotes, sobre todo
contra niños, y abordó los casos con reticencia y con una conspiración de
silencio (esto está fracasando ahora con las protestas desatadas en muchos
países contra cardenales condenables que fueron admitidos a participar en el
nuevo cónclave). Se confirmó la postura clerical más obtusa sobre la anticoncepción,
la prevención del SIDA, el derecho al aborto, la eutanasia y la homosexualidad.
Él rechazó dogmáticamente cualquier solicitud de innovación en la estructura
eclesial procedente de la franja del clero más preocupada por la crisis de
confianza y de las vocaciones.
El cónclave de 2005 encontró una salida a la disputa
entre Ratzinger y el jesuita argentino Bergoglio, gracias a la
"traición" de algunos cardenales latinoamericanos que decidieron
apoyar a Ratzinger, quién sabe a cambio de qué. La composición de la casta de
cardenales está muy sesgada hacia algunos países que son económicamente
decisivos para la Iglesia Católica. A pesar de la proclamada visión global del
cristianismo, 49 cardenales de 209 son de Italia. La segunda nación más
representada son los EE.UU., a pesar de que sólo tiene 19. El conjunto de
América Latina recibe un mero 30. Los consistorios en manos de Benedicto XVI
han fortalecido la asignación Italo-céntrica y euro-céntrica de los cardenales.
Este Papa ha creado tantos cardenales que el próximo cónclave tendrá en su
interior a la mayoría de los cardenales elegidos por él. Cualquier intento de
elegir a un Papa no europeo, para ser utilizado en los países más pobres con la
misma función política que Karol Wojtyla tuvo en Europa del Este, se enfrentará
a la feroz oposición de los poderosos grupos de presión italianos en el Colegio
de Cardenales.
Es probable que el enfrentamiento será entre uno de
los hombres de Bertone, como el cardenal Gianfranco Ravasi, y un miembro del
frente anti-Bertoniano, por ejemplo, Angelo Scola, arzobispo de Milán. El
cardenal Scola es miembro de Comunión y Liberación (CL), un movimiento
ultra-reaccionario que actúa como una fracción organizada dentro de la Iglesia
Católica. CL recluta ávidamente jóvenes, los orienta hacia las escuelas de CL,
los envía a las universidades y luego trata de encontrar posiciones importantes
para ellos en el medio de las grandes empresas -como empresarios o gerentes, o
simplemente como empleados de miembros de CL- donde opera CL como lobby económico
con conexiones conocidas con los políticos de derecha y la mafia. Este grupo
fue fundado en 1950 con el claro objetivo de detener la influencia de ideas de
izquierda entre los estudiantes, y con las características distintivas de la
obsesión por el Terror Rojo y el activismo político intenso. Ellos tienen su
propia teología especial construida con métodos sectarios alrededor de la
abstrusa jerga pseudo-filosófica de su difunto gurú, el Padre Giussani. La
introducción de un Papa que pertenezca a su propia tendencia es uno de los
principales objetivos del "entrismo" de este grupo -y por primera
vez, esto ahora parece estar a su alcance- encarnado en el potencial pontífice
Angelo Scola. Miembros de CL no han ocultado su entusiasmo, fueron a la Plaza
de San Pedro unos días después de que la abdicación fuera anunciada con una
gran bandera donde se leía ¡Gracias, Su Santidad! La presencia incómoda de CL
detrás de Scola no obstante, puede asustar a muchos anti-Bertonianos, varios de
ellos pertenecen a movimientos y fracciones rivales como el Opus Dei. ¿Formará
CL una coalición de sectas católicas en apoyo a Scola sobre la base de algún
tipo de acuerdo para compartir el poder? Ya veremos.
Un sistema en crisis
La crisis del capitalismo es también la crisis de sus pilares
ideológicos. Ningún nuevo Papa puede encontrar una manera de salir de este
callejón sin salida. La Iglesia Católica Romana, un factor formidable de
estabilidad para el capitalismo mundial, puede convertirse en su contrario y
convertirse en un elemento de inestabilidad. Un banco-Iglesia puede quebrar
como hacen los bancos a veces. Una Iglesia que habla un lenguaje anacrónico
cuando se trata de los derechos civiles y de la igualdad social, pero que al
mismo tiempo entiende muy bien el lenguaje del poder y de los derivados
financieros, puede perder rápidamente el amplio apoyo que aún ostenta. Las
divisiones por arriba por oscuras luchas por el poder minarán su credibilidad y
anuncian cismas, tanto a la derecha, hacia los católicos tradicionalistas, como
a la izquierda, a la Teología de la Liberación.
El Papa / Rey está desnudo. Demandas tales como cortar
completamente la financiación estatal de las Iglesias, la expropiación de sus
propiedades, echar a los sacerdotes de las escuelas estatales, etc. se harán
más y más populares. Los trabajadores y la juventud buscarán un camino más
radical de expresar su odio a los mercaderes del templo. Y esto sólo puede
encontrar una expresión progresista en una lucha mundial contra todos los que
trafican con dinero y todos los templos: la lucha por el socialismo
internacional.
Lorena Cormick
HABEMUS PAPA o las Ceremonias Paganas
Entran en fila, solemnes, con las capas rojas y las
cabezas gachas, pero no en actitud humilde o contemplativa, por el contrario la
vanidad se respira aun a través de la pantalla. Los observo y tantas cosas se
me vienen a la cabeza: las misas de los domingos con mi padre o, lo que es
peor, la de todos los días en el colegio de monjas. El olor a incienso tan
fuerte, tan penetrante, el mareo, la descompostura típica que supone el estar
parados o de rodillas durante largo rato, el estómago vacío, el necesario
flagelo de la confesión con preguntas que tantas veces han perturbado los
pequeños corazones.
Las iglesias en mínimo, muestran la inmoral fastuosidad
de quienes hicieron el milenario negocio de la religión. Impuesta con guerras,
persecuciones e inmoralidades muchas. Aún continúan en la memoria de la
historia del hombre las piras humeantes de la inquisición, y aquí nomas el
secuestro y muerte de Emanuela en 1983, (Emanuela pagina 12 domingo 3 de marzo
de 2013).
De los bancos y sus negociados casi todos están
contestes, sin embargo aún se repleta la plaza en Roma para verlo salir (a él)
desde un balcón lejano y jerárquico a fin de ser adorado. Se respeta, pero no
se entiende, por lo menos no yo.
Hubo dos que abonaron con claridad la importancia del
cambio y la pureza, primero Juan XXIII, luego Pablo VI quien dio origen –con su
comprensión y apertura- a la llamada teoría de la liberación que en Latinoamérica
sobre todo, calo muy fuerte. Bastante se construyó entonces. Los que vinieron
después, uno muerto o asesinado (Juan Pablo I), seguido por Juan Pablo II quien
se dedicó en forma exclusiva a destruir la tendencia que propicio Pablo VI. No
me voy a detener aquí, seria para largo, sin embargo hay quienes conocen muy
bien la situación o de no hacerlo, es muy interesante investigarlo. A la muerte
del censor le siguió el nazi Ratzinger más conocido como Benedicto XVI. Ahora,
argumentando que flaquea su cuerpo, huye despavorido frente a los Watiliks que
desnudan lo que muchos suponíamos o teníamos certeza: la corrupción que
continúa a pleno.
Tanto Juan Pablo II como Benedicto han dejado
sucesores, y por supuesto uno siembra las plantas que más le gustan. Así como
en nuestra Latinoamérica el Amado Comandante deja un sucesor a Su Altura,
enarbolando la bandera de la Vida y el Socialismo, así también ellos dejaron su
pequeñez en los cardenales más recalcitrantes y conservadores de la iglesia.
¿Cuántas veces flotara en el aire el humo negro de sus
espíritus? No lo sabemos, pero cuando salga el otro, el engañoso blanco, Dios
quiera (y no es irónico pues creo en Dios o como se llame) el futuro Papa
rescate un pequeño fragmento de lucidez y bondad para colaborar con los
sufrientes de la tierra. Pese a mi pesimismo hacia la Iglesia, lo deseo por la
humanidad, y por Emanuela.
* Docente. Escritor. Colaborador habitual del
periódico socialista El Ideal. Director de la revista Electrónica Redacción
popular. Columnista en política internacional del Canal Señal Oeste (Moreno) y del
Programa radial Periodismo consentido. E-mail: raulisman@yahoo.com.ar
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