Título original: La pobreza cae en el mundo…pero la desigualdad se profundiza
Mientras gobernantes de 193 países evaluaban en Nueva
York los éxitos y los fracasos de los Objetivos de Desarrollo de la ONU para el
Milenio (ODM), el foro mundial dio una buena noticia: la pobreza extrema se
redujo en todo el planeta a menos de la mitad.
La proporción de personas que sobreviven con menos de
1,25 dólares al día cayó de 47 por ciento en 1990 a 22 por ciento en 2010,
cinco años antes del plazo para alcanzar los ODM, según cifras divulgadas el
miércoles 25 por la ONU (Organización de las Naciones Unidas).
Esto quiere decir que unos 700 millones de personas
salieron de la indigencia.
Gran parte de esta reducción se produjo en países como
Brasil, China e India, que tienen grandes poblaciones. No obstante, aún hay
1.200 millones de personas viviendo en la indigencia en las naciones más pobres
de África, Asia y América Latina y el Caribe.
Una de las consecuencias imprevistas del alivio de la
pobreza fue el surgimiento de una nueva clase media y de nuevos reclamos
sociales, acompañados de masivas protestas en Brasil, China, Egipto, India,
Túnez y Turquía.Sin embargo, este avance podría frenarse pronto por los amplios
efectos de la crisis financiera mundial, con el colapso de las monedas y la
caída de las exportaciones, alertaron expertos.
Martin Khor, director ejecutivo del South Centre, con
sede en Ginebra, cree pobreza1que “la erradicación de la pobreza coincidió con
factores globales excepcionales en la primera década de este siglo”.
El auge del crédito en los países del Norte
industrializado estimuló el comercio y el crecimiento económico en las naciones
del Sur, al fortalecer las exportaciones de materias primas, explicó. Los
países en desarrollo también se recuperaron de la crisis financiera de 2008 y
2009 gracias a las políticas de reflación de las naciones ricas.
“Pero las economías del Norte ahora están en
problemas, ya que adoptaron medidas de austeridad, y la política monetaria
expansiva de Estados Unidos deberá menguar tarde o temprano”, dijo Khor,
exdirector de la Red del Tercer Mundo, con sede en Penang.
Los países en desarrollo ahora son más vulnerables a
la caída de las exportaciones y de los precios de las materias primas, dijo a
IPS.
En los próximos años, dijo Khor, la desaceleración
económica y la posible recesión en algunos países, así como la caída de los
precios de las materias primas, tendrán un impacto en los empleos y en los
ingresos, generando otra vez pobreza.
“Ya está ocurriendo en Grecia, y podría suceder en
algunos países en desarrollo”, advirtió.
Por su parte, Winnie Byanyima, directora ejecutiva de
Oxfam International, dijo IPS que los ODM han sido un importante motor para el
desarrollo en los últimos 13 años.
“Que tantas personas hayan salido de la pobreza en un
período tan corto es para celebrar”, señaló.
pobreza3No obstante, 1.200 millones de personas aún
sobreviven con menos de 1,25 dólares diarios.
Byanyima indicó que los progresos han sido lentos o
inexistentes donde hay conflictos prolongados o donde el crecimiento económico
no redujo las desigualdades. “La pobreza mundial está cayendo pero, en un país
tras otro, la desigualdad va creciendo”, advirtió.
Miles de millones de personas quedan marginadas del
crecimiento económico, indicó.
Hay mayor consenso respecto de que los altos grados de
desigualdad no solo son moralmente objetables, sino que también afectan la
estabilidad social y el crecimiento mismo. “Estos desafíos deben enfrentarse”,
añadió.
Sin esfuerzos concentrados para reducir las brechas
entre ricos y pobres, los próximos Objetivos de Desarrollo Sostenible, que
discute actualmente la ONU, serán inalcanzables.
“La gran omisión en los ODM fue no enfocarse en
reducir la desigualdad. Sin esto, la próxima serie de metas para el desarrollo
casi seguramente fracasará”, alertó.
Se necesita una meta individual de reducción de la
desigualdad, insistió.
Sameer Dossani, coordinador de la campaña
Reconfigurando el Poder Mundial en la organización ActionAid, dijo a IPS que,
antes que nada, la ONU debe adoptar una forma más amplia de definir a la
pobreza, y no solo considerar cuántos dólares diarios se necesitan para
sobrevivir.
“Las raíces de la crisis global son las increíbles
concentraciones de riqueza y el hecho de que ese dinero no llega” a quienes más
lo necesitan, sostuvo.
Una de las formas de abordar las desigualdades globales,
señaló, es reformando el sistema fiscal internacional.
“En este momento se pierden al menos 300.000 millones
de dólares en recaudación impositiva, que podrían volcarse al desarrollo, por
la combinación de incentivos fiscales y evasión de impuestos por parte de
corporaciones”, señaló.
En el plano nacional, señaló, los países deben
alejarse de las políticas de liberalización que promueven el Fondo Monetario
Internacional y otras instituciones.
Y en el ámbito mundial, los gobernantes deben reformar
los sistemas monetarios para reducir la dependencia del dólar estadounidense y
así asegurar la estabilidad del sistema financiero internacional, dijo Dossani.
El debate hasta ahora ha evitado estos asuntos clave.
Para que haya un genuino marco para el desarrollo se necesita poner al tope de
la agenda la reforma de los sistemas fiscales y monetarios internacionales,
sostuvo. “Estos temas no pueden barrerse bajo la alfombra”, insistió.
Fonte: Sur
y Sur
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