O papel da Anistia Internacional na guerra contra a Síria
por Mikel Itulain
El gran desafío de todas estas asociaciones
humanitarias catalogadas bajo la denominación de ONGs — es decir Organizaciones
No Gubernamentales— es la de lograr tener su propia autonomía económica y
financiera que las blinde de guardar una independencia objetiva y soberana al
momento de posicionarse como mediador o ente auxiliador en un conflicto social,
en una guerra, en una catástrofe natural. Pero generalmente ninguna cuenta con
esa independencia o autonomía financiera. Las ONGs son hoy en día grandes
estructuras, con cientos de empleados, locales, y todo esto tiene un precio —a
pesar de los benévolos que trabajan — y sólo pueden existir gracias a la ayuda
financiera indispensable de ciertos poderes estatales o empresariales que han
comprendido la gran utilidad de controlar o dirigir de cierta manera estas
herramientas humanitarias, muchas veces instrumentalizadas.
Un tremendo trío: a la izquierda Madeleine K.
Albright, antigua Secretaria de Estado de EEUU (1997-2001) en el gobierno de
Bill Clinton, en el centro de la foto Suzanne Nossel, Directora Ejecutivo de
Amnistía Internacional sección EEUU y antigua empleada de Hillary Clinton,
esposa de Bill Clinton, y a la derecha, James Wolfensohn, antiguo presidente
del Banco Mundial (1995-2005) que llevó a la ruina a pueblos enteros con su
política neoliberal, obedeciendo a las indicaciones de Wall Street, estas tres
personalidades reunidas para un debate humanitario bajo el título: «¿Está el
sueño de la ONU muerto? Las Organizaciones Internacionales y los Desafíos del
Cambio», 24 de enero de 2012.
Amnistía Internacional, en su página web, en su
sección Actúa, en abril de 2012, pedía la colaboración de los ciudadanos e
indicaba que ya había recogido 11.962 firmas para supuestamente pedir el fin de
la represión en Siria. Encabezaba el titular como: «¿Por qué calla el mundo
ante la situación en Siria?», mencionando en el texto que estaban haciendo
presión, y pidiendo ayuda para hacerla, hacia gobiernos como: Brasil, India o
Sudáfrica, con el fin de que «demuestren su liderazgo apoyando una resolución
firme y jurídicamente vinculante que ayude a parar el baño de sangre en Siria».
¿A qué tipo de resolución se refiere Amnistía
Internacional?
¿A una como la 1973 aplicada a Libia? ¿A la supuesta
Responsabilidad para Proteger que ha conducido a la destrucción del país libio
y a la llegada de los fundamentalistas islámicos junto a los miles de
asesinatos y violaciones? ¿A otro bombardeo criminal de la OTAN matando miles
de civiles?
Preocupan estas cosas. Aunque Amnistía Internacional
(AI) pueda decir que no aprobaba todo esto, sí aprobó la actuación de Naciones
Unidas en Libia y lo hizo amparándose en datos falsos, como hemos visto en el
capítulo sobre los medios de comunicación. Gadafi no bombardeo ni atacó a la
población civil, no había motivos para ninguna intervención militar. Y no debe
de olvidar AI que esa Responsabilidad para Proteger elaborada en 2005 no está
en la Carta de las Naciones Unidas, porque es un cajón de sastre que puede
valer, como ha valido en Libia, para arruinar a un país y condenarlo a la
represión y muerte real ejercida por los islamistas y a la explotación colonial
exterior.
Siguiendo con ese comunicado vemos que culpabiliza de
las muertes de civiles a las fuerzas de seguridad sirias y no habla para nada
de los extremistas islámicos que han entrado en el país, que como bien debe
saber AI están extendiendo el terror y causando estragos en la población civil.
Tampoco dice nada sobre que ya, hacia finales del año
2011, más de 2.000 muertos eran de las propias fuerzas de seguridad sirias,
algo llamativo. Si hubiese 2.000 soldados israelíes muertos en una lucha con
los palestinos, ¿qué pasaría?, ¿qué no se justificaría para aprobar las
acciones militares de Israel?, mejor no preguntarlo, creo, porque con tan solo
dos o tres soldados israelís muertos se justifican bombardeos que matan a
millares de civiles.
Respecto a las muertes de civiles, de acuerdo a las
investigaciones con rigor, son principalmente responsables las organizaciones
islamistas financiadas desde el exterior, y esto no se menciona en el informe
de AI. Otra cosa que llama la atención es que no cita las fuentes de donde han
obtenido esa información y, esto, es necesario. Amnistía Internacional, como ya
hemos comentado, lanzó informaciones que no eran ciertas, como el caso de la
mujer, Zeinab al-Hosni, que supuestamente había sido: «decapitada, mutilada y
despellejada en una cárcel Siria», pero que luego apareció viva.
¿Qué pretende Amnistía Internacional con esto?
¿Culpabilizar de todo al gobierno sirio y callar ante otras atrocidades incluso
mayores cometidas por los fundamentalistas y quienes les apoyan? Amnistía
tampoco ha demostrado todavía con pruebas los crímenes de civiles atribuidos al
gobierno.
¿Por qué el mundo calla? o ¿por qué Amnistía calla
ante ciertas cosas? ¿Quieren hacer el clima favorable a una guerra? Desde luego
sus hechos no son ni de lejos los que corresponderían a una organización
ecuánime y que realmente busca proteger los derechos humanos y la paz.
AI ya había mostrado su parcialidad, falta de rigor y
de ética informativa y humanitaria el 25 de octubre de 2011 en su informe:
Crisis Sanitaria, sobre los hospitales en Siria, en el que indicaba cosas como
que ciudadanos heridos en las protestas «habían sido agredidos físicamente en
los hospitales del gobierno por la plantilla médica, y en algunos casos se les
negó el cuidado médico, mientras otros que habían sido llevados al hospital
fueron detenidos o habían simplemente desaparecido». Estas «informaciones»
fueron claramente criticadas por el profesor Franklin Lamb, que además era
miembro de Amnistía, porque no estaban basadas en fuentes fiables y
verificadas, entre estas fuentes estaba Al Jazeera, en manos de la dictadura
catarí, cuyo papel y sesgo descarado en la cuestión Siria es obvio dada su
enemistad con el gobierno de este país. Pero lo que es más grave e importante,
se volvía a acusar sin evidencias, según indica Lamb. Este profesor además había
estado visitando varios hospitales sirios recientemente y les comentó lo que
había dicho AI, que por cierto no había contactado con ninguna plantilla médica
e indicaba que se basaba en un testigo anónimo. El personal sanitario calificó
lo dicho por AI como una «difamación gratuita de la comunidad médica siria».
Franklin Lamb ofrece los nombres de los doctores y los lugares donde estuvo,
así como el contacto por teléfono o por mail para hablar incluso con los
pacientes. Termina su artículo indicando:
El hecho de que AI parezca haber sido algo perezosa en
su trabajo y continúe dándole mucha publicidad a su profundamente errónea
«investigación» es clamoroso.
AI además falló en cumplir con el estándar de trabajo
de investigación, que quienes continuaremos en apoyar y respaldar su trabajo
por los derechos humanos esperamos.
AI Amnistía Internacional y HRW Human Rights Watch dos
ONGs que hacen un paso adelante dos atrás
Además AI, en otra campaña de las suyas que pretende
centrar las iras de la gente en alguna persona demonizada, acusaba al gobierno
sirio de cometer crímenes contra la humanidad y de haber matado a centenares de
mujeres, además de cargarle con 6.000 muertos, otra vez todos para el gobierno
y sin aportar pruebas, y sin mencionar a los terroristas islámicos.
En esta campaña, además, solicitaba que se enviasen
cartas a la mujer de Assad para que interviniese y parase esa supuesta masacre
de mujeres que hacía su marido. No hace falta decir que esa misma carta y esa
misma campaña la podía haber hecho enviándosela a Hillary Clinton, responsable
directa del brutal ataque de la OTAN y de los islamistas sobre Libia, que ha
matado miles de civiles, entre ellos muchas mujeres y niños, y que ha conducido
a que muchas mujeres libias hayan sido y sean objeto de violación, humillación
y discriminación por los fanáticos que controlan ahora el país.
Amnistía Internacional no envío, como era de esperar,
ninguna carta a la Sra. Clinton, lo que muestra su hipocresía y falsedad,
porque en este caso sí tenía unas pruebas contundentes con hechos reales y
crímenes reales, pero aquí no actuó. Si además decimos que como Directora
Ejecutiva de AI en EE.UU. está Suzanne Nossel, asistente de Hillary Clinton y
ex asistente de Richard Holbrooke, famoso este también por sus falsedades en la
guerra en Yugoslavia, entonces se entiende todo. También la función y el papel
de Amnistía. Sobre la Sra. Nossel la Red Voltaire comenta lo siguiente:
El consejo de administración de Amnesty International
USA estimó que el trabajo de Suzanne Nossel en las administraciones de los
presidentes Bill Clinton y Barack Obama constituye una garantía de su
competencia, obviando sin embargo los crímenes que ambas administraciones
cometieron en Yugoslavia, Afganistán, Irak y Líbano, entre otros países. La
señora Nossel dio inicio a diversas campañas contra Irán, Libia y Siria. En los
últimos meses se destacó en la campaña de mentiras destinada a intoxicar el
Consejo de Derechos Humanos, con sede en Ginebra, para lograr que el Consejo de
Seguridad de la ONU adoptara una resolución que autorizara la guerra contra
Libia. Finalmente las acusaciones de la señora Nossel quedaron desmentidas.
Sin ir más lejos, la propia Nossel, a la cabeza de
Amnistía Internacional USA, invitó a Madeleine Albright y a otros oficiales del
Departamento de Estado para hablar en su fórum de mujeres de la OTAN; y no era
la primera vez que parecía hacer migas AI con la secretaria de Estado
responsable de decir que las sanciones que provocaron la muerte en Irak, por
las sanciones económicas, de posiblemente más de un millón de civiles, la
mayoría niños, valían la pena, que era un precio que valía la pena pagar.
¿No debería haber llevado Amnistía a Albright y a
otros como Bush, Chenney o Blair ante una Corte Penal Internacional? No, no los
llevaron, no lo creyeron oportuno, en cambio sí fueron a por los enemigos
oficiales de la administración estadounidense, tuviesen o no culpa en delitos
contra los derechos humanos.
Poco después de convertirse en Directora ejecutiva,
Nossel, en enero de 2012, moderó una mesa redonda en el Wellesley College,
compartiendo mesa con Albright. Y allí, en esa misma mesa, incitó de la
siguiente forma no a la paz y al diálogo, sino más bien a la agresión militar,
como se hizo en Libia, falsificando claramente los hechos y sucesos en Siria:
«Ahora como cabeza de Amnistía Internacional-USA, un
punto de gran frustración y consternación para las organizaciones de derechos
humanos y las organizaciones de la sociedad civil durante los últimos ocho o
nueve meses, ha sido el fracaso del Consejo de Seguridad de la ONU para
abordar, de alguna forma, las muertes de ahora 5.000 civiles en Siria por parte
del presidente Assad y su ejército.»
¿De qué fuente?, ¿de qué informe o informes con rigor
puede Amnistía decir que el gobierno es responsable de la muerte de 5.000
civiles? ¿Es necesario que recordemos lo que están diciendo los informes
realizados por los investigadores, que en cada caso estudiado con cierto rigor
han atribuido las muertes deliberadas de civiles fundamentalmente y
principalmente a los fundamentalistas islámicos, que en su gran mayoría
provienen del extranjero? [1]
Amnistía parece que a base de repetir algo una y otra
vez, como hacen los medios de comunicación de las corporaciones, quiere
convertirlo en evidencia; los hechos, sin embargo, son diferentes. Toda esta
falsedad y este juego poco limpio de esta organización supuestamente
humanitaria le pasará factura en el futuro, porque no podrá decir que estaba
interesada en resolver un conflicto, en apostar por la paz y los derechos
humanos, sino que lo que realmente está haciendo es servir al juego de los
intereses del poder, a los intereses de las corporaciones. Hasta tal punto es
así que la propia Nossel, en ese discurso, se lanzaba a afirmar en un lenguaje
bélico y despiadado lo que ni Albright ni el propio Obama se atreverían a decir
en público por pudor:
La primavera pasada el Consejo de Seguridad consiguió
formar una mayoría para una acción enérgica en Libia y fue al principio muy
controvertido, [causando] muchos recelos entre los miembros del Consejo de
Seguridad. Pero Gadafi cayó, ha habido una transición allí y creo que uno
habría pensado que esos recelos se habrían apagado. ¿Cómo explicarían esto y
cuál creen que es el ingrediente que falta para romper el estancamiento y
conseguir que el Consejo de Seguridad esté a la altura de sus responsabilidades
en Siria?
Coolen Rowley, el analista que comenta este discurso,
dice cómo hasta la experimentada Albright se veía sorprendida por esa actitud
tan directa de la directora de Amnistía Internacional y como ella y otros se
mostraban escépticos sobre lo que se podría conseguir con un ataque a través de
bombardeos como se hizo en Libia.
Esto es triste, que hasta los más experimentados
responsables de guerras se muestren más cautos y cuidadosos en el tema de la
guerra que una supuesta organización humanitaria, dice mucho sobre Amnistía y
dice muy mal. Los miles de civiles muertos por el bombardeo de la OTAN y por
los fundamentalistas islámicos que han invadido el país convirtiéndolo en una
ruina social y económica parece que no suponen gran cosa para esta
organización; llamándolo acción enérgica y olvidándose de sus desastrosas
consecuencias para los derechos humanos y las vidas de muchas personas.
Tony Cartalucci, el experto analista político
estadounidense, recuerda que Amnistía Internacional recibe financiación del
Open Society Institute de George Soros, además del Departamento para el
Desarrollo Internacional de Gran Bretaña y de la Unión Europea. Demasiados
intereses y demasiados vínculos al mundo del poder y de las corporaciones como
para esperar justicia y ecuanimidad en sus actuaciones. Y de hecho su
comportamiento, como lo estamos viendo, lo delata claramente.
En el caso sirio ha seguido con su campaña y sus
acusaciones, también, cómo no, contra Rusia: Rusia: no más excusas, plántate
contra el baño de sangre en Siria, indicaba la organización. Cuando Rusia lo
que ha hecho en realidad es pedir un diálogo para solucionar los problemas y a
diferencia de otros países e instituciones también ha denunciado la violencia
de los grupos islamistas armados. Pero no quiere caer en el error y en la
locura que supuso la anterior actuación de las Naciones Unidas en Libia, que
permitió el criminal y despiadado bombardeo de la OTAN.
Amnistía perversamente intenta tergiversar en torno a
la violencia y malestar claramente fomentado por occidente dentro de Siria como
de alguna forma el resultado del rechazo de Rusia a capitular ante otra
intervención de la OTAN.
Una intervención, debe ser indicado, que seguro que va
a crear una gran extensión de la violencia, divisiones étnicas y derramamientos
de sangre a lo largo de Siria, además del saqueo por las corporaciones
occidentales deseosas de ocupar el vacío cuando el poder nacionalista sirio sea
quitado violentamente como fue en Libia.
Amnistía no habla de la financiación y apoyo exterior
a los fundamentalistas que han entrado en Siria, algunos de ellos procedentes
de Libia. Ni tampoco de la participación de los servicios de inteligencia
estadounidenses, británicos o incluso israelíes en el proceso de
desestabilización de Siria.
La respuesta al doble rasero e hipocresía de Amnistía
Internacional cuando indica: «¿Cuántas víctimas más deben sufrir antes que
Rusia tome una postura decisiva contra los crímenes contra la humanidad en
Siria?», puede ser una pregunta más contundente todavía:
¿Cuántas víctimas más deben sufrir antes de que el
mundo tome una postura decisiva contra Wall Street y Londres en su matanza
global extendiéndose de Libia a Siria, en Irán, a lo largo de Irak y en las
montañas y pueblos de Afganistán?
Me da la impresión que AI no va a hacer campaña contra
esta barbarie mucho mayor y que tiene un claro causante.
¿AI defiende los derechos humanos o qué defiende?
Atacar al débil y hacer reverencias y favores al poderoso no es propio de una
organización humanitaria, sino de la servidumbre, con incluso implicaciones
criminales. Ver documental a seguir.
¿Qué hace James Wolfensohn antiguo director del Banco
Mundial y considerado por muchos investigadores como un verdadero delicuente
financiero (ver documental abajo) sentado en una mesa redonda a carácter
humanitario con la Sra. Suzanne Nossel directora de Amnistía Internacional?
Fonte: RED VOLTAIRE
| 12 DE SEPTIEMBRE DE 2012
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