Decenas de veteranos del ejército
israelí han admitido su participación en las masacres contra la población civil
palestina en 1948 y han reconocido que el sionismo les engañó, siendo una
catástrofe tanto para árabes como para judíos.
Tradução: Javier Villate
Los detalles han sido revelados por la organización
Yazkem, fundada en 2001, que tiene como objetivo dar a conocer la verdad y
difundir entre los israelíes la narrativa palestina de la historia del país y,
así, convencerlos de las mentiras históricas del sionismo. La organización cree
en una solución de un solo estado y en el derecho de los palestinos a retornar
a sus tierras y hogares.
Neumann admitiu que tomou parte no deslocamento dos palestinos das suas aldeias. |
El veterano del ejército israelí Amnon Neumann tiene
82 años y es de Haifa. Fue miembro del Palmach, la fuerza de elite del Haganá,
el ejército clandestino de la comunidad judía colonial (yishuv), durante el
periodo del Mandato Británico de Palestina. Neumann se unió al Palmach en 1946,
después de que llegara a Palestina procedente de Polonia a la edad de 16 años.
Cuenta que no hubo combates reales, debido a la
pobreza de los palestinos y su falta de organización, entrenamiento y armas. La
historia oficial israelí de ese periodo afirma que el desplazamiento y la matanza
de palestinos fue el resultado normal de una guerra.
Neumann admitió que participó en el desplazamiento de
los palestinos de las aldeas de Simism, Najd, Kawkaba, Burayr y otras, que
estaban completamente habitadas por sus propietarios, lo cual contradice, de
nuevo, la historia oficial israelí. Al confesar su participación en la masacre
que se cometió contra los habitantes de Burayr, Neumann señaló que tenían armas
de fabricación checa, que utilizaron para expulsar a los habitantes hacia la
Franja de Gaza.
Las fuerzas de la Haganá rodearon la aldea por tres
lados, recuerda, y dispararon al aire antes de entrar y expulsar a sus
habitantes por la fuerza. Las casas fueron incendiadas, siguiendo las órdenes
recibidas. Según el veterano, escuchó una confesión de un oficial de la Haganá
después de ocupar Burayr, en la que decía que había disparado a una chica
palestina en la cabeza después de violarla. Más tarde se reveló, dijo Neumann,
que la niña había sido ciertamente violada.
Otro veterano, Arhamel Jnovitc, de 83 años, vive ahora
en el asentamiento de Daghania. Confesó que había participado en la masacre de
la mezquita de Al-Dahmash en Lydd (Lod, en hebreo) en julio de 1948 y que tomó
parte, también, en la limpieza étnica de los pueblos de Jamzu y Danel.
“Me dirigí a la mezquita, según una orden del mando, y
abrí bien los ojos y los oídos después de abrir silenciosamente la puerta”,
cuenta Jnovitc. “Luego disparé un misil Fiat, siguiendo órdenes. Muchos cuerpos
volaron y se quedaron pegados en las paredes debido a la fuerza de la
explosión”.
Benjamín Eisht, de 85 años, que vive en Bilhaym, dijo
que vio a los supervivientes palestinos de Lydd y Ramla después de la masacre,
caminando en fila hacia Ramalá, con cadáveres esparcidos a los lados de la
carretera.
El testimonio de Isaac Tishier, de 83 años, que vive
en Mafsirt Tsyon, confirma los relatos de los otros veteranos que hablaron de
saqueos de casas y comercios. También dijo que había participado en el
asesinato de decenas de pobladores de la aldea de Al-Sheij, cerca de Haifa, en
venganza por los trabajadores judíos que murieron en una riña cerca de
Rifyanry.
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