T[itulo original: Financiamiento oficial del terrorismo por el Congreso
de EEUU
9 Febrero 2014
Comparto esta nota de Thierry Meyssan, de la Red
Voltaire, donde comprueba como una ley del Congreso de EEUU -¡sesionando en
secreto, viva la ejemplar democracia de Estados Unidos!- ha votado
financiamiento y armamento para dos organizaciones de la red de Al Qaeda
operando para derrocar al gobierno de Siria. Recuérdese que la Casa Blanca
destrozó a Irak y Afganistán aduciendo que ambos eran santuarios terroristas
desde donde Al Qaeda había perpetrado los atentados del 11-S. Parece que los
dirigentes norteamericanos están un poco desmemoriados porque ahora vuelven a
financiar a un grupo terrorista. Se impone una vez más la hipocresía y el doble
discurso, es decir, la mentira como instrumento de política exterior. Lea esta nota,
que no tiene desperdicio.
Atílio Borón
Estados Unidos, primer financista mundial del
terrorismo
por Thierry Meyssan*
Desde la guerra de Afganistán contra los soviéticos,
numerosos autores han mencionado el papel de Estados Unidos en el
financiamiento del terrorismo internacional. Pero hasta ahora se trataba de
acciones secretas cuya existencia Washington nunca reconocía mientras estaban
teniendo lugar. En el caso de Siria se ha dado un paso decisivo: el Congreso
estadounidense ha votado financiamiento y armamento para dos organizaciones que
representan a al-Qaeda. Lo que hasta ahora fue un secreto a voces se ha
convertido en la política oficial del «país de la libertad»: el terrorismo.
RED VOLTAIRE | DAMASCO | 3 DE FEBRERO DE 2014
En violación de las resoluciones 1267 y 1373 del
Consejo de Seguridad de la ONU, el Congreso de Estados Unidos ha votado
financiamiento y armamento para el Frente al-Nusra y el Emirato Islámico en
Irak y el Levante, dos organizaciones vinculadas a al-Qaeda y clasificadas como
«terroristas» por la propia ONU. Esa decisión del Congreso estadounidense
estará vigente hasta el 30 de septiembre de 2014.
Muchas sorpresas marcaron la primera semana de la
conferencia de paz Ginebra 2. Desgraciadamente, la censura impuesta a los
grandes medios de difusión no permitió que el público occidental fuese
informado sobre esos acontecimientos.
En eso reside la principal paradoja de la guerra
contra Siria: se divulgan imágenes que ofrecen un panorama contrario a la
realidad. Según los medios de prensa internacionales, en este conflicto un
grupo de Estados, reunidos alrededor de Washington y de Riad, que supuestamente
defienden la democracia y encabezan la lucha mundial contra el terrorismo, se
enfrentan a Siria y a sus aliados rusos, presentados a su vez como dictaduras
que manipulan el terrorismo.
Si bien todo el mundo está perfectamente consciente de
que Arabia Saudita no es una democracia sino una monarquía absolutista, la
tiranía de una familia y una secta sobre todo un pueblo, Estados Unidos tiene
la reputación de ser una democracia y hasta se le considera como «el país de la
libertad».
Sin embargo, la información más importante de toda la
semana fue censurada en el conjunto de los países miembros de la OTAN: el
Congreso de Estados Unidos se reunió en secreto para votar financiamiento y
armamento destinados a los «rebeldes en Siria» hasta el 30 de septiembre de 2014.
Sí, querido lector, ¡usted ha leído bien! En Estados
Unidos, el Congreso realiza reuniones secretas que la prensa ni siquiera tiene
derecho a mencionar. Es por esa razón que la información, originalmente
transmitida por la agencia británica Reuters [1], ha sido cuidadosamente
ignorada por toda la prensa escrita y audiovisual, tanto en Estados Unidos como
en la mayoría de los medios de difusión de Europa occidental, al igual que en
los llamados países del Golfo. Esa verdad sólo tienen derecho a conocerla los
habitantes del «resto del mundo».
La libertad de expresión y el derecho de los
ciudadanos a la información son –al menos eso se supone– condiciones sine qua
non de la democracia. Y resulta que son más respetadas en Siria y en Rusia que
en Occidente.
Como nadie ha leído la ley que adoptó el Congreso
estadounidense, ni siquiera se sabe exactamente lo que en ella se estipula. Lo
que sí ya se hace evidente es que los mencionados «rebeldes» ya no están
tratando de derrocar el Estado sirio –han tenido que renunciar a ello– y que su
nuevo objetivo es «desangrarlo». Por eso es que no se comportan como soldados
sino como terroristas.
De nuevo ha leído bien, estimado lector. Estados
Unidos, el país que supuestamente fue víctima de al-Qaeda el 11 de septiembre de
2001 y que desde entonces encabeza la «guerra global contra el terrorismo»,
financia ahora el principal vivero del terrorismo internacional, donde actúan
dos organizaciones oficialmente subordinadas al-Qaeda: el Frente al-Nusra y el
Emirato Islámico en Irak y el Levante. Y ya no se trata de una oscura maniobra
de los servicios de inteligencia sino de una ley, plenamente asumida y
legalizada, aunque haya sido adoptada a puertas cerradas para no entrar en
contradicción con la propaganda oficial.
Por otro lado, ¿cómo podría la prensa –la prensa que
afirma desde hace 13 años que al-Qaeda es el autor de los atentados del 11 de
septiembre, la prensa que nunca ha mencionado el hecho que aquel 11 de
septiembre el presidente George W. Bush fue destituido por los militares–, cómo
explicaría esa prensa a su público esta decisión del Congreso? En Estados
Unidos hasta el procedimiento mismo de «Continuidad del Gobierno» (CoG) está
protegido por la censura. Así que el público del mundo occidental nunca supo
que el 11 de septiembre de 2001 se produjo en Estados Unidos una transferencia
del poder de manos de los civiles a manos de los militares a las 10 de la
mañana y hasta bien entrada la noche, ni que durante todo aquel día Estados
Unidos estuvo gobernado por una autoridad secreta, en violación de las leyes y
de la Constitución de ese país.
En tiempos de la guerra fría, la CIA financiaba al
escritor George Orwell, cuando este autor concebía la dictadura del futuro.
Washington creía que despertaría así las conciencias ante el peligro soviético.
La realidad es que la URSS nunca llegó a parecerse a la pesadilla que describió
Orwell en su novela 1984, mientras que Estados Unidos se ha convertido en su
encarnación misma.
Así que el discurso anual de Barack Obama sobre el
Estado de la Unión se transformó en un ejercicio excepcional de la mentira.
Ante los 538 miembros del Congreso que lo aplaudían de pie, el presidente
declaró: «Hay algo que no cambiará: nuestra determinación de que los
terroristas no lancen otros ataques contra nuestro país.» Y también dijo: «En
Siria, apoyaremos a los grupos de oposición que rechazan los planes de las
redes terroristas.»
Sin embargo, cuando la delegación siria que participa
en Ginebra 2 propuso a la delegación que supuestamente debería representar a la
«oposición» una moción basada única y exclusivamente en las resoluciones 1267 y
1373 del Consejo de Seguridad de la ONU condenando el terrorismo, los
«opositores» rechazaron ese documento, sin que Washington protestase en lo
absoluto. Pero es normal que no hubiese tal protesta dado que es Estados Unidos
quien estimula el terrorismo… y que la delegación de la «oposición» recibe
órdenes directamente del embajador estadounidense Robert S. Ford, incluso
presente en Ginebra.
Robert S. Ford, trabajó como asistente de John
Negroponte en Irak. A principios de los años 1980, John Negroponte dirigió la
guerra estadounidense contra la revolución sandinista en Nicaragua contratando
para ello miles de mercenarios que, junto a algunos colaboradores locales,
fueron rápidamente identificados por la población nicaragüense como «los
Contras». La Corte Internacional de Justicia, o sea el tribunal interno de las
Naciones Unidas, condenó a Washington por aquella injerencia, cuyo verdadero
carácter se trataba de esconder. Más tarde, en los años 2000, Negroponte y Ford
aplicaron el mismo escenario en Irak. En aquel momento, el objetivo era acabar
con la resistencia nacionalista iraquí utilizando contra ella a los hombres de
al-Qaeda.
Esta vez, en enero de 2014, mientras que los sirios y
la delegación de la «oposición» discutían en Ginebra, en Washington el
presidente Obama proseguía su ejercicio de hipocresía diciéndole al Congreso
–cuyos miembros lo aplaudían mecánicamente– que «luchamos contra el terrorismo
no sólo a través de las actividades de inteligencia y las operaciones militares
sino también cuando permanecemos fieles a los ideales de nuestra Constitución y
dando el ejemplo al mundo (…) y seguiremos trabajando con la comunidad
internacional para dar nacimiento al futuro que merece el pueblo sirio, un
futuro sin dictadura, sin terror ni miedo».
La guerra de la OTAN y del Consejo de Cooperación del
Golfo contra Siria ya ha dejado un saldo de 130 000 muertos –según las cifras
del MI6 divulgadas por el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH)–,
muertos cuyos verdugos son los mismos que atribuyen la responsabilidad de sus
muertes al pueblo que se atreve a oponerles resistencia y a su presidente,
Bachar al-Assad.
Thierry Meyssan
Fuente: Al-Watan (Siria)
*El autor:
Thierry Meyssan es un Intelectual francés, presidente-fundador de la Red
Voltaire y de la conferencia Axis for Peace. Sus análisis sobre política
exterior se publican en la prensa árabe, latinoamericana y rusa. Última obra
publicada en español: La gran impostura II. Manipulación y desinformación en
los medios de comunicación (Monte Ávila Editores, 2008).
[1] «Congress secretly approves U.S. weapons flow to
’moderate’ Syrian rebels», por Mark Hosenball, Reuters, 27 de enero de 2014.
Fonte: Blog do Atílio
Borón
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