Este martes 17 de 2012, desde muy temprano las
carreteras del Norte del Cauca se inundaron de chivas que transportaban a
centenares de indígenas hacia el municipio de Toribío. Todos empujados por la
fuerza de los bastones de mando que representan para ellos la autonomía.
Mientras en los medios masivos publicaban la respuesta
del ministro Juan Carlos Pinzón sobre la petición de los indígenas de retirar
las tropas del Cauca," A los indígenas hay que decirles que los
respetamos, que el diálogo es la voluntad del Gobierno, pero de ninguna manera
la Fuerza Pública se va a ir de allá", más de dos mil indígenas avanzaban
hacia uno de los cerros que se imponen sobre las montañas de la cordillera
central del nororiente caucano, para llegar hasta donde se encuentran 400
indígenas que acampan y cuidan el cerro el Berlín desde el pasado 11 de julio,
(día de la visita del presidente Juan Manuel Santos a Toribío). Es en esta montaña donde se encuentra una de
las bases militares que cuidan las dos antenas de las compañías de telefonía
celular.
Estando allí el gobernador indígena de Toribío, dio a
conocer a los militares, la carta dirigida a los diferentes actores armados,
que dice “…No nos vamos a quedar de brazos cruzados mirando cómo nos matan y
destruyen nuestros territorios, comunidades, planes de vida y nuestro proceso
organizativo, por esto, enraizados en la palabra, la razón, el respeto y la
dignidad, iniciamos caminar en grupos hasta donde están atrincherados los
grupos y ejércitos armados, para decirles frente a frente, que en el marco de
la autonomía que nos asiste, les exigimos que se VAYAN, QUE NO LOS QUEREMOS,
QUE NOS CANSAMOS DE LA MUERTE, QUE ESTAN EQUIVOCADOS, QUE NOS DEJEN VIVIR EN
PAZ.…”. Ante este comunicado los militares argumentaron que ellos estaban allí
para proteger a la población porque es
un gran riesgo dejarla sin fuerza pública. Pero la gente ya no cree en este
discurso pues ha tenido que padecer los abusos que le han hecho confirmar todo
lo contrario, ya que ha sido blanco de ataques de ambos bandos. “Siempre dicen
lo mismo,” gritaba una mayora, mientras la multitud procedía a recoger las
pertenecías de los militares. “Pedimos a
los espíritus para que nos protejan, en esta lucha que es justa” dijo una de las
autoridades de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca –
ACIN; desde el cerro Berlín en Toribio –Cauca.
Al ver la decisión de los civiles, el comandante a
cargo en la torre, con respeto y acatando la decisión de la gente, dio la orden
de salir del lugar. Sin embargo seis de
los militares opusieron resistencia y se tiraron al suelo, entonces la guardia indígena procedió a
cargarlos para sacarlos del lugar. Al
mismo tiempo, otros comuneros se dispusieron a cargar víveres y demás
pertenencias de los militares, ayudando a agilizar su retiro. La guardia indígena acompañó a los militares
hasta un lugar determinado”. Afirmó un comunicador de la emisora Radio Nasa.
Sin embargo los integrantes de las fuerzas militares
afirmaron lo contrario por los medios: En Caracol Radio habló Jorge Humberto
Jerez, comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta Apollo “Nos quemaron los
víveres, maltrataron a los soldados, la guerrilla está hostigando las tropas en
el mismo sitio, es un trabajo conjunto de las FARC y los indígenas porque se
les ha bloqueado los corredores del narcotráfico, los cristalizaderos, tenemos
asesores jurídicos para más adelante judicializar a estos indígenas con la
fiscalía y los sectores del estado …”
Las afirmaciones del comandante Jerez son
irresponsables y sumamente riesgosas para nuestra comunidad, fueron los mismos
soldados quienes quemaron un colchón para que ante la prensa se atribuyera al
supuesto ataque de los indígenas. Al
contrario de lo que decían todos los medios sobre la quema de los víveres, la
guardia fue la que transportó las remesas hacia la parte baja del cerro donde
se alojaría la fuerza pública. Quienes dispararon al aire y tiraron gases
fueron los militares tratando de hacer un montaje y afirmando que la guerrilla
estaba cerca hostigando.
Sólo al comandante Jerez, se le ocurre comparar
empujones y gritos a los soldados con balas, muertos, ocupación de nuestras
viviendas, señalamientos y falsos positivos contra nuestros comuneros. Sin
embargo parece que no sólo el comandante
usa la estrategia de la mentira y la manipulación porque al instante todos los
medios le hicieron eco a estas afirmaciones malintencionadas. Es así como el
gobierno planea justificar las arremetidas contra las comunidades indígenas y
desdibujar la legitimidad nuestra lucha por la defensa del territorio. La
embestida mediática de la ultra derecha está criminalizando al movimiento de
indígena y campesino. Durante años los actores del conflicto han usado a la
poblacion indígena como escudo y eso incluye al estado. ¿A usted le gustaría tener una trinchera en
la puerta de su casa en plena zona de guerra?. Es muy fácil y cómodo para estos
medios de pacotilla presentar a un soldado ser sacado a rrastras y señalar al
movimiento indígena como criminal, sólo por hacer valer sus derechos constitucionales.
Estos medios omiten las décadas de masacres orquestadas por el ejército en
asociación con los grupos paramilitares, QUE AGRADEZCA LA CASA DE NARIÑO Y EL
CONGRESO QUE NO LES HA CAIDO LA GUARDIA INDIGENA PARA SACARLOS ARRASTRAS COMO
SE MERECEN!!!!!!. "Quién permitiría que le pongan una trinchera en la
puerta de la casa, el Cerro Berlín es nuestra casa."
Es la vida la que está en riesgo
El cerro Berlín
es un sitio sagrado para los y las indígenas nasas. Es un cerro que hace parte de la Yat Wala (casa
grande). Es un lugar que tiene un dueño espiritual. Por eso cada vez que lo
atropellan, se manifiesta. Después de
cada combate las nubes se visten de gris y comienzan a llorar. Los mayores
(rayos) se expresan con fuerza. Sus
gritos claman justicia porque ya no aguantan más tanto atropello a la vida.
Asimismo, hoy miles de hombres y mujeres
manifiestan que están cansados de ser víctimas de los actores armados y del
gobierno que cada vez abre paso a los proyectos extractivos, que desangran la
Mama Kiwe (Madre Tierra).
Sí. Esa es la verdad que hay frente a este problema de
la guerra, aquí hay resistencia pacífica, hay tierras fértiles para la
agricultura y además riqueza mineral.
La comunidad de Toribío aprendió a la fuerza a vivir
en medio del conflicto. Han soportado los atentados guerrilleros y los ataques
del ejército. Sus hijos deben transitar
en medio de retenes de la policía y en las escuelas deben recibir clases
“custodiados” por las trincheras de la guerra. Sus casas destruidas y familias
llorando a sus muertos. Es un pueblo
semidestruido, es una comunidad que sufre la desgracia de una guerra por el
poder.
Por eso hoy este pueblo milenario le esta gritando al
mundo entero que tiene sed de justicia y que ninguno de los dos bandos les
protege su territorio. Que es necesario
que sepan que aquí en el Norte del Cauca, en Toribío se encuentra gente
dispuesta a proteger la vida, ya que nunca lo ha hecho el gobierno con su
fuerza pública.
Fonte: Mariategui
Nenhum comentário:
Postar um comentário