Viñeta de Kalvellido |
por Diana Cordero
Viernes, 12 de Octubre
de 2012 18:54
Lo que podría ser un macabro chiste se transforma en
un insulto a la inteligencia y fundamentalmente a los y las luchadoras de
derechos humanos de los pueblos de todo el mundo. Ese premio Nobel de la Paz
recae sobre los y las responsables de alguno de los peores genocidios contra la
humanidad...
No tiene este texto la rigurosidad que debiera tener y
que seguramente avezados analistas publicarán en pocas horas. Tiene la urgencia
de la indignación, de la impotencia y del repudio que nos ha surgido a muchos y
muchas, ante esta afrenta, esta burla a quienes verdaderamente luchan por la
paz y la vigencia de los derechos humanos en el mundo.
Que se siga premiando a muchos de los países que
integran la OTAN por masacrar cientos de miles de personas, por devastar territorios.
Por perseguir a varias etnias y hostilizarlas. Por alentar políticas de hambre
y miseria y descuidar aspectos básicos del acceso a los derechos humanos
fundamentales como la vida, la alimentación y la salud. Por llevar a cabo
políticas represivas contra quienes se manifiestan pacíficamente, por
privilegiar siempre a la banca y los sectores financieros en detrimento de las
personas, por encarcelar de forma criminal y sin el menor respeto a la dignidad
humana a los y las inmigrantes que son detenidos apenas tocan suelo de la
benemérita Unión Europea (tolera verdaderos campos de concentración dentro de
sus límites geográficos).
Todos y cada uno de esos motivos -y pueden ir
surgiendo tantos más que en este momento por la indignación no estoy teniendo en cuenta- son argumentos de
peso para denunciar este atropello. Pero aunque se tratara solamente de uno de
todos los mencionados, solo uno es relevante para que esa distinción se
invalide de plano y ya no pueda otorgarse a la persona/entidad escogida semejante
galardón.
Son muchos los días, muchas las situaciones
violatorias de los derechos humanos que desde acá, desde esta web cubrimos y
publicamos. Demasiadas, para que esta
noticia no nos pueda parecer una más. Sabemos del sufrimiento de las personas
que no pueden acceder a sus medicinas y abandonan tratamientos médicos, en
muchos casos para que sus hijos, hijas o nietos puedan comer. Muchas las
personas que hoy se encuentran sin techo, viviendo en la calle, en su coche o
en una chabola (en muy pocos casos en algún lugar que amigos u organizaciones
solidarias les han facilitado). Familias en paro a las que vimos desesperadas
cuando el banco les arrebató sus casas al no poder pagar las infames cuotas de
las hipoteca. Y a un Estado no solo ausente sino cómplice e instigador de cada
una de esas situaciones. Ese Estado que en tantos casos ordena reprimir con
brutalidad a quienes solidaria y pacíficamente han tratado de impedir un
desahucio.
No hemos en esos casos encontrado a una UNION EUROPEA
que protestara en favor de las víctimas y sancionara a algunos de los Estados
que la integran.
Vemos lo contrario, una Unión Europea que implementa
políticas a las que sin miedo llamamos de genocidas porque están destruyendo y
aniquilando a una generación y seguramente varias de las que siguen. Que están
acabando de un plumazo con las históricas conquistas laborales y sociales que
tantas décadas y tanta lucha costaron a los movimientos de trabajadoras y
trabajadores. Que permiten que una niña (y tantas más habrá...) de nueve años,
con cáncer viva a la intemperie porque su familia fue desalojada.
Tampoco en estos casos ha aparecido la Unión Europea,
garante de la paz y los derechos humanos a representar los intereses de las
personas más desfavorecidas y lesionadas por el Estado (por acción u omisión).
Claro...no aparecen porque los Estados siguen las políticas dictadas por
Bruselas quien deja a su discrecionalidad la batería represiva para
implementarlas y contener a quienes protestamos. Desde luego allí tampoco aparece
la defensora de los derechos humanos.
Y lo dejo por acá, porque probablemente seguiría
repitiendo lo que ya conocemos, y aumentando la bronca (que ya es enorme).
Lo de Obama fue muy fuerte, ahora la UE.... ¿Quién
sigue?
Fonte: Kaos
en la Red
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