Natasha Pitts
En la mañana del martes (19), tuvo
lugar en la Cumbre de los Pueblos la actividad ‘Haití: Los desafíos de la
solidaridad' para dar visibilidad a la lucha del pueblo haitiano contra la
ocupación de las tropas militares de la Minustah y por la reconstrucción del
país, teniendo como actores principales a los haitianos y haitianas. Para
hablar mejor sobre éstos y otros temas, ADITAL, en directo desde el Aterro de
Flamengo, en Río de Janeiro, conversó con Camille Chalmers, de la Haitian
Platforn to Advocate Alternative Development (PAPDA).
Adital – ¿De que forma la
militarización afecta negativamente la vida cotidiana de la población haitiana?
Camille Chalmers – La lista de daños
es muy larga. En el sector económico, la permanencia de la Minustah causó una
desestabilización del mercado de alquileres de casas. Ahora los precios de los
alquileres están triplicados. En Puerto Príncipe, alquilar una casa puede salir
hasta cuatro o cinco veces más caro que antes de la instalación de la Minustah.
También fue vulnerado el mercado de trabajo, pues están ofreciendo salarios
mucho más altos que lo que normalmente se paga en Haití. Ocurrió una migración
de profesionales de Haití para trabajar como personal de apoyo logístico y
administrativo de la Minustah. Y esa pérdida del cuadro de profesionales afecta
también a la economía.
A nivel de derechos humanos es muy
grave la cuestión de violaciones de mujeres y estamos hablando de cientos,
cientos de mujeres. Fue comprobado que 104 soldados de Sri Lanka estaban
practicando violaciones casi todos los días durante meses y fue necesario
sacarlos del país. Y eso quedó en la más completa impunidad, sin ningún
proceso. Es amplia la cultura de la impunidad, que ya era un problema.
Existe también escasez de
infraestructura para la formación de la juventud por la ocupación de los campus
universitarios y también de las escuelas secundarias. Los militares de Brasil
ocuparon un campus nuevo que estaba siendo construido. También está la cuestión
de la salud, con la introducción, por parte de los soldados de la Minustah, del
cólera, enfermedad que ya mató a más de 7.500 personas.
La Misión todavía no reconoció su
culpa, que ya está confirmada por varios laboratorios del mundo. En este
momento hay una nueva epidemia de cólera. Y nosotros queremos no sólo que ellos
pidan perdón oficialmente, sino que inviertan 1.000 millones de dólares para
terminar la infraestructura universal de acceso al agua potable y acceso al
saneamiento para que logremos erradicar completamente el cólera. Entonces es
importante que sepamos que la Minustah no es una forma de ayuda, no es una
forma de colaboración humanitaria, es una forma de ocupación, que afecta
directamente la vida de cada ciudadano de Haití.
Adital – Actualmente, ¿cómo están
las movilizaciones por el retiro de las tropas de la Minustah?
Camille Chalmers – Hubo un alza de
movilizaciones cuando la Minustah llevó el cólera, pero ahora paró un poco.
Creo que en los próximos meses de julio, agosto y septiembre vamos a tener
movimientos importantes para que las personas del mundo se den cuenta que la
Minustah no es una forma de cooperación, sino de dominación y que está
destruyendo la cultura del país. Para el 28 de julio están agendadas acciones
globales por el retiro de las tropas militares del país.
Adital – ¿Cree usted que sin las
tropas militares sería más fácil para la sociedad civil haitiana encaminar la
reconstrucción del país?
Camille Chalmers– La presencia de
los militares debilita todos los cuerpos de movilización social, inclusive por
la represión que opera. Ellos imponen mucho miedo; las personas temen la muerte
y temen movilizarse. Con la militarización se impidió que el pueblo haitiano
fuese actor de la reconstrucción, pues ellos [Minustah] quieren que no haya
reconstrucción y esto está muy claro para nosotros.
Adital – ¿Como evalúa el gobierno
del actual presidente?
Camille Chalmers – El Gobierno
actual es de derecha. Es un gobierno autoritario que está muy sometido a los
mandos de Estados Unidos y que está abriendo cada vez más al país para la
explotación. Por ejemplo, firmaron un acuerdo con República Dominicana que abre
totalmente la entrada de productos de ese país a Haití. Esto impide la creación
de empleos en el país. Hoy Haití no es más un país autosuficiente, sino un país
que importa el 82% de sus alimentos.
Adital – ¿Un nuevo Haití aún es
posible?
Camille Chalmers – Sí, creo que
ahora estamos en un momento de lucha y reconstrucción política y también
trabajando para crear una fuerza unitaria. Es un paso muy importante. También
teniendo en cuenta la posición clara de los primeros dirigentes electos de Haití
por la revolución antiesclavista, debemos hacer la revolución en conexión con
las luchas internacionalistas. Y la revolución haitiana tenía una vocación
clara internacionalista y, por eso, apoyamos a Bolívar. Entonces, éste es el
momento de seguir luchando contra otras formas de esclavitud, la esclavitud
impuesta por el capital transnacional.
Traducción: Daniel Barrantes – barrantes.daniel@gmail.com
Fonte: Adital
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