Mumía Abú-Jamal
7-1-2015
A pasado ya más de una década desde que Estados Unidos
empezó su "cruzada" contra las Fuerzas del Mal, en el Oriente, y solo
ha conseguido crear desastre tras desastre, y más enemigos que podríamos
contar.
Estados Unidos siempre ha apoyado gobiernos en el
mundo árabe que podrían pasar por mafiosos y que, por "el derecho divino
de los reyes", gobiernan con represión y tortura.
El gobierno norteamericano se llena la boca hablando
de democracia, y con la misma facilidad se traga todas esas palabras cuando sus
aliados escogidos abusan sin piedad de sus propios pueblos, atacando a sus
gentes como si fueran enemigos extranjeros.
Israel ha sido armado y tiene rienda suelta para
atormentar a los palestinos y someterlos a los llamados "arreglos de
paz", que darían vergüenza a los Vichy Franceses, que fueron colaboradores
de los Nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
Y aún cuando Estados Unidos ha gastado trillones de
morlacos para juntar su manada de "aliados" locales, las cosas
hierven como caldera de lava, y las fuerzas sociales de los pueblos se
enfurecen con desprecio y odio contra sus gobernantes.
Las cosas no van bien ni el Medio Oriente ni en
Estados Unidos, porque las coronas del neo-colonialismo no son bien vistas en
las cabezas de los aliados de Norteamérica.
Los billones y cientos de billones desperdiciados; los
miles de soldados muertos – también desperdiciados; y las esperanzas
desperdiciadas de los invadidos y ocupados, han sido el pago por esta misión
descalabrada de "hacer de nuevo el Medio Oriente".
Las guerras tienen un modo de volver a casa, en las
formas más inesperadas.
Eso lo acabamos de ver muy trágicamente en Francia.
Quizás nosotros veamos eventos similares aquí en casa,
en Estados Unidos.